martes, 25 de enero de 2011

USTED NO LO ENTIENDE.

Se cuenta que el filósofo Ludwig Wittgenstein se encontraba en la estación de Cambridge esperando el tren con una colega. Mientras esperaban se enfrascaron en una discusión de tal manera que no se dieron cuenta de la salida del tren. Al ver que el tren comenzaba a alejarse Wittgenstein echó a correr en su persecución y su colega detrás de él. Wittgenstein consiguió subirse al tren pero no así su colega. Al ver su cara de desconsuelo, un mozo que estaba en el andén le dijo:
-No se preocupe, dentro de diez minutos sale otro.
-Usted no lo entiende -le contestó ella.- Él había venido a despedirme.

lunes, 24 de enero de 2011

[...]

La vida es un caos entre dos silencios.

Samuel Beckett.

viernes, 21 de enero de 2011

EXCELENTE ESCRITOR, PERFECTO CABRÓN.

"Los hombres se aferran a sus cochinos recuerdos, a todas sus desgracias, y no se les puede sacar de ahí. Con eso ocupan el alma. Se vengan de la injusticia de su presente revolviendo en su interior la mierda del porvenir. Justos y cobardes que son todos, en el fondo. Es su naturaleza.
[...]
Proust, espectro a medias él mismo, se perdió con tenacidad extraordinaria en la futilidad infinita y diluyente de los ritos y las actitudes que se enmarañan en torno a la gente mundana, gente del vacío, fantasmas de deseos, orgiastas indecisos que siempre esperan a su Watteau, buscadores sin entusiasmo de Cíteras improbables. Pero la señora Herote, de origen popular y substancial, se mantenía sólidamente unida a la tierra por rudos apetitos, animales y precisos. Si la gente es tan mala, tal vez sea sólo porque sufre, pero pasa mucho tiempo entre el momento en que han dejado de sufrir y aquel en que se vuelven mejores. El gran éxito material y pasional de la señora Herote no había tenido aún tiempo de suavizar su disposición para la conquista.
[...]
Os lo digo, infelices, jodidos de la vida, vencidos, desollados, siempre empapados de sudor; os lo advierto: cuando los grandes de este mundo empiezan a amaros es porque van a convertiros en carne de cañón.
[...]
Para el pobre existen en este mundo dos grandes formas de palmarla, por la indiferencia absoluta de sus semejantes en tiempos de paz o por la pasión homicida de los mismos, llegada la guerra. Si se acuerdan de ti, al instante piensan en la tortura, los otros, y en nada más.¡sólo les interesas chorreando de sangre, a esos cabrones! Princhrad había tenido más razón que un santo al respecto. Ante la inminencia del matadero ya no especulas demasiado con las cosas del porvenir, sólo piensas en amar durante los días que te quedan, ya que es el único medio de olvidar el cuerpo un poco, olvidar que pronto te van a desollar de arriba abajo."


Louis-Ferdinand Céline (1894-1961).

LA BUSCA.

"La búsqueda de Dios es una ocupación inútil, pues no hay nada que buscar donde nada existe.

A los dioses no se les busca, se les inventa."


Máximo Gorki (1868-1936)

miércoles, 19 de enero de 2011

2 DE MAYO.

"Y aquella tarde cayó un chaparrón y vos quisiste abrir orgullosa tu paraguas cuando entrábamos en el parque, y en tu mano se armó una catástrofe de relámpagos fríos y nubes negras, jirones de tela destrozada cayendo entre destellos de varillas desencajadas, y nos reíamos como locos mientras nos empapábamos, pensando que un paraguas encontrado en una plaza debía morir dignamente en un parque..."

Julio Cortázar.

DESDE ABAJO.

"Hoy las grandes formaciones económicas multinacionales, están adquiriendo un peso político crecientes. Cuando los anarquistas, los primeros anarquistas, hecharon las bases de la corriente, Proudhon, Bakunin, el mismo Malatesta, el poder se identificaba con el Estado, ahora nosotros asistimos a un proceso en que las multinacionales están adquiriendo más poder que los Estados Nacionales.
Esta pérdida de poder por parte de los Estados, es un hecho muy interesante pero muy grave. Pero el neoliberalismo está entrando en crisis. El capitalismo salvaje con su pretendido progreso tecnológico, va dejando atrás al mundo de los marginados. Estos marginados tienen que organizarse. Es necesario impulsar la organización de los desocupados, para luchar por sus derechos, para construir un proyecto económico distinto, comunitario. La nueva organización social debe construirse "desde abajo", a partir de la libre asociación de los individuos en cooperativas de producción, consumo, vivienda y educación, más que de lucha es de creación, de autogestión. En esta nueva etapa la importancia de lo parcial aumenta y las ilusiones de una victoria completa disminuyen. Porque como ya dije, las cosa no pueden pasar hoy día, por el terreno de la fuerza física, hay que abandonar la idea de Revolución Social como resolución a todos los problemas, ya que hoy existe un nuevo factor que es el de la energía nuclear, ante la cuál estamos en inferioridad de condiciones.
Este factor es un hecho muy importante porque por primera vez en la historia está en juego la continuidad de la especie y, estaría por decir, de todas las especies."

Luce Fabbri (1908-2000).

lunes, 17 de enero de 2011

GANARSE LA VIDA.

“Yo no quiero ganarme la vida, ya la tengo.”

Boris Vian (1920-1959).

ROBERT WALSER. HISTORIAS.

"Robert Walser (Biel, Suiza, 1878-Herisau, 1956) aseguraba que debajo de un paraguas se sentía como en casa. Debajo de un paraguas, un escritor pierde cualquier rasgo de megalomanía. Walser detestaba la fantasía germánica de identificar al poeta con el genio. El verdadero poeta desprecia la gloria. Eso no significa que busque el fracaso. En sus paseos con Carl Seeling, Walser se compara con los campesinos. Su literatura sólo es una variación sobre la tarea milenaria de sembrar, segar, injertar y abonar. Walser intercambió palabras y silencios con Carl Seeling cuando ya había cumplido cincuenta años y su residencia era el sanatorio mental de Herisau, donde había ingresado voluntariamente. Walser era un gran paseante, pero no sentía ningún aprecio por viajar. Consideraba que el talento se desenvuelve mejor en un entorno pequeño, donde surge la posibilidad de apreciar la poesía de lo ínfimo e insignificante. Por eso, no se adaptaba al largo recorrido de una novela. Un crítico literario afirmó que Los hermanos Tanner sólo era una colección de notas. No es una mala forma de describir la obra de Walser.

Robert Walser pertenece al linaje de los artistas infortunados. Al igual que Van Gogh, nunca logró adaptarse a la servidumbre de un oficio y la responsabilidad de la vida familiar. Al igual que Hölderlin, perdió la razón, pero nunca se lamentó de sus años de reclusión en un hospital psiquiátrico. No era el molino donde Hölderlin pasó las últimas décadas de su vida, pero sí un buen lugar para un hombre sin grandes ambiciones materiales. Walser no escogió un destino trágico. No es un poeta maldito, pese a su notoria afición a la bebida. Simplemente, comprendió que “la dicha no es un buen material para el escritor”. La felicidad es autosuficiente, como un erizo, y no necesita expresarse. La desgracia es una mecha que produce una explosión interior. Walser se limitó a observar su propio dolor. Hostil a cualquier forma de énfasis, anotó los estragos que le devoraban hasta el extremo de apagar el impulso de escribir. Sin embargo, nos dejó un amplio legado de manuscritos inéditos. Sus “microgramas” son fogonazos de claridad, que nos enseñan a observar lo minúsculo e irrisorio. Una caligrafía diminuta, casi indescifrable, se concierta con una sensibilidad poética que desprecia las grandes revelaciones. No hay que descifrar los secretos. Un muro de hiedra tiene “un encanto indecible”. Si miramos lo que hay detrás, desaparecerá el misterio, lo incierto.
[...]
La locura de Walser no se parece a la de Nietzsche. La filosofía de Nietzsche es la de un verdugo. Walser no esconde su amor a las cosas y a sus semejantes. No es un escritor de grandes declaraciones, sino un observador tranquilo, un pensador que sólo confraterniza con la belleza cuando se le ofrece amistosamente. [...] Al leer el prodigioso “Extraña ciudad” de Walser, la ensoñación se confunde con la banalidad. Walser sólo necesita tres páginas para urdir una utopía. Habla de una ciudad que ya no precisa de poetas, pues sus habitantes poseen “una sensibilidad fina, fluida, alerta y brillante”. Nadie sabe cómo, pero todos se expresan de una forma delicada, profunda, armónica. Walser disipa enseguida la ilusión. Esa ciudad no existe. Sólo es real el paisaje de las afueras, un parque donde el sol del mediodía salpica de manchas la hierba y el rostro de los paseantes, pero ni siquiera eso es perdurable. La lluvia lo borra todo y no queda nada. Sólo es real el manicomio de Herisau. Para Jabès, sólo es real el desierto, “una ruptura salvadora en las proximidades mismas de la ciudad”. Walser y Jabès elaboran una poética donde el hombre vive como un Extranjero en un mundo que lo repudia.

Sólo hay espacio para comentar los cuentos más notables. “Kleist en Tun” recoge un pasaje de la vida de uno de los precursores del Romanticismo alemán, que acabaría suicidándose a orillas del lago Wansee, acompañado de su amante. Walser nos lo presenta urdiendo planes, escribiendo, planteándose el sentido de la literatura. Al igual que Walser, añora la vida sencilla del campesino. Es una nueva embestida contra el yo. En “Paganini. Variación”, surge otra vez la figura del artista que sólo logra la perfección formal al perder la conciencia de su propio existir. En “Teatro de gatos”, se interna en el enigmático mundo de los felinos, sin caer en la enseñanza ejemplarizante. Walser no es un moralista. Su escritura se conforma con captar el silencio mágico de un gato dormido o la semejanza entre los gemidos humanos y los maullidos de esas misteriosas criaturas que toleran la compañía del hombre.

En “Una mañana”, se acerca a Kafka -al que apenas leyó- describiendo el trabajo en un banco como una dolorosa experiencia de tedio y enajenación. Su forma de describir la sucursal recuerda la oficina interminable de El apartamento, pero sin intrigas para medrar. El protagonista del relato se conformaría con pasar la mañana en la montaña, pues no concibe nada más bello que la luz resbalando por una ladera arbolada.

En “Seis historias breves”, aparece la pasión por la música. Walser consideraba inaceptable que la música se convirtiera en un telón de fondo. La música no debe inmiscuirse en el silencio. El piano o el laúd no son instrumentos, sino seres vivos que nos escuchan. El poeta no se diferencia de ellos, pues sus palabras son el eco de nuestros lamentos y anhelos. Al hablar el poeta, hablamos nosotros. El poeta no es un yo, sino un nosotros.

Walser no conoció el éxito, pero según Hesse el mundo se justifica por su obra. Murió mientras paseaba. Su cadáver quedó tendido en mitad de la nieve. Es imposible rehuir la tentación de pensar que en el último momento pasó por su mente una de sus frases más emotivas: “Sin amor, el ser humano está perdido”. Probablemente no fue así."


Rafael Narbona, El Cultural, 14 de enero de 2011.

viernes, 14 de enero de 2011

UN RUMOR.

“Nosotros somos los solitarios, y los solitarios todos se entienden entre sí. Sin hablarse, ni verse, ni siquiera conocerse. Me acompañan en mi soledad las soledades de los demás solitarios.”

Miguel de Unamuno.

PRÓLOGO.

"Te regalaré un abismo, dijo ella, pero de tal sutil manera que sólo lo percibirás cuando hayan pasado muchos años y estés lejos de mí. Cuando más lo necesites lo descubrirás y ese no será el final feliz, pero sí un instante de vacio y de felicidad, y tal vez te acuerdes de mí, aunque no mucho..."

Roberto Bolaño (1953-2003).

miércoles, 12 de enero de 2011

EL ÚLTIMO MOHICANO.

"Conocí la obra de Juan Carlos Onetti a comienzos de la década de los noventa, atraído por las leyendas que circulaban sobre ese autor. Mis compañeros de la facultad de literatura contaban que Onetti era un ermitaño, que se negaba a dar conferencias, y que vivía tirado en una cama con una botella de whisky.

El perfil del personaje resultaba exótico en cualquier caso, pero era especialmente inesperado en un escritor del boom latinoamericano. La mayoría de sus colegas vivían en olor de multitud, actuando en ocasiones más como políticos que como artistas. Mario Vargas Llosa había postulado a la presidencia del Perú. Gabriel García Márquez se había reunido con Fidel Castro y con Bill Clinton. Cortázar había defendido la revolución nicaragüense. Carlos Fuentes era México. Y en cambio Onetti, el mayor de todos, vivía metido en una cama aferrado a una botella de whisky.

Después averigüé que Onetti sí había sufrido una persecución política, pero gris, absurda y casi cómica: lo habían detenido por formar parte del jurado en un concurso de cuentos.

El cuento ganador se regodeaba en escenas sexuales que resultaron ser una referencia apenas velada a la homosexualidad de un miembro de la junta militar en el gobierno. En castigo, el autor del cuento y los miembros del jurado fueron detenidos por ofensas contra la dignidad de las fuerzas armadas. Durante los interrogatorios, un oficial inquisidor le preguntó a Onetti:

-¿Y usted qué tendencia política tiene?

-Ninguna, respondió el narrador.

-¿Pero por quién votó?

-Por nadie.

-¿Pero por quién habría votado?

-Nunca he votado.

-¡Ah! ¡Un anarquista!

Más aburrido que asustado, Onetti respondió:

-Y... Ponele anarquista si querés. ¿Puedo fumar?

Semanas después -siempre según las leyendas-, el escritor tuvo que ser evacuado a un hospital psiquiátrico debido al síndrome de abstinencia que le produjeron la falta de alcohol y tranquilizantes. Ahí terminó su gesta más heroica."


Santiago Roncagliolo, El País, 26 de diciembre de 2009.

domingo, 9 de enero de 2011

AVISOS PARA EL DERRUMBE (II).

"Esos señores tienen la idea, como es lógico, de que un anarquista tendría que ser un hombre pobre, un desarrapado, y entonces todavía lo respetarían. [...] Ellos querrían que un anarquista, ya que tenga que haberlos, fuera miserable, piojoso, bohemio, pintoresco, drogota, enloquecido y fabricante de hambre y frío, y mejor que todo, naturalmente, muerto, muerto como Sacco y Vanzetti, y entonces todo estaría en su orden."

Agustín García Calvo.

miércoles, 5 de enero de 2011

MIEDITIS.

"El miedo es la base de todo: el miedo de lo misterioso, el miedo de la derrota, el miedo de la muerte. El miedo es el padre de la crueldad y, por lo tanto, no es de extrañar que la crueldad y la religión vayan de la mano."

Bertrand Russell.

AVISOS PARA EL DERRUMBE (I).

"Era fácil, ¿verdad?, ser contestatarios contra Ideas simples y arcaicas como las de las Dictaduras; pero cuando la Idea del Dominio alcanza en la Sociedad del Bienestar su forma suprema, la Idea que es el Dinero, y al mismo tiempo uno se ha asentado en la Sociedad por fin y se ha hecho dinero él mismo, ¡qué difícil se vuelve consentir siquiera que haya alguien que ponga en tela de juicio nuestra Fe!"

Agustín García Calvo.

martes, 4 de enero de 2011

HUMILITER SE SUBIECTI.

"Humiliter se subiecti. Se ha sometido humildemente. Esta era la fórmula de sometimiento de los censurados por Roma. Persiste. El Vaticano II suprimió en 1965 el Santo Oficio de la Inquisición, pero ha resurgido con fuerza, ahora con el nombre de Congregación para la Doctrina de la Fe. También hay un latinajo para enunciar la nueva intransigencia. "Roma locuta, causa finita". Una vez que Roma se ha pronunciado, el asunto queda zanjado. Es difícil encontrar otra institución que trate de modo tan desdeñoso a quienes defienden otros puntos de vista en sus filas.

El Vaticano II proclamó que se habían acabado los métodos del Santo Oficio -crueles, muchas veces criminales, con decenas de miles de personas quemadas vivas o asesinadas por otros medios-, ante el escándalo de que tres de los principales papas del pasado siglo hubiesen sido molestados por el inquisidor de turno como sospechosos de herejía o desviaciones pastorales. Fueron Benedicto XV, Juan XXIII y Pablo VI. Grandes teólogos del famoso concilio también sufrieron lo indecible en las garras del Santo Oficio. Décadas más tarde, observaron con estupor que uno de los mejores peritos del Vaticano II, el alemán Joseph Ratzinger, iba a resucitar algunas de las prácticas inquisitoriales repudiadas en 1965."


Juan G. bedoya, El País, 4 de enero de 2011.

domingo, 2 de enero de 2011

POCAS SOLEDADES COMO LA DEL ASCENSOR Y SU ESPEJO.

"El cuarto estaba ya casi oscuro. En la pared apenas podía distinguirse la fotografía de Miguel Hernández en el frente, la mascarilla de Rilke, Trakl con su disparatado uniforme militar, el retrato de Machado, Guevara, medio desnudo, la cabeza caída hacia abajo, los ojos abiertos mirando a la humanidad, la Piedad de Miguel Ángel con el cuerpo de Cristo sobre el regazo de la Madre, su cabeza también caída hacia atrás."

Ernesto Sabato.