domingo, 30 de marzo de 2008

NEGRA SOMBRA.

Cando penso que te fuches,
negra sombra que me asombras,
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.

Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.

Si cantan, es ti que cantas,
si choran, es ti que choras,
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora.

En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras.

Rosalía de Castro (1837-1885)

DE LA CORRUPCIÓN DE NUESTROS SENTIMIENTOS MORALES.

"Esta disposición a admirar y casi a idolatrar a los ricos y poderosos, y a despreciar o como mínimo ignorar a las personas pobres y de modesta condición, aunque necesaria para establecer y mantener la distinción de rangos y el orden social, es al mismo tiempo la mayor y más extendida causa de corrupción de nuestros sentimientos morales. Que la riqueza y la grandeza suelen ser contempladas con el respeto y la admiración que sólo se deben a la sabiduría y la virtud; y que el menosprecio, que con propiedad debe dirigirse al vicio y la estupidez, es a menudo muy injustamente vertido sobre la pobreza y la flaqueza, ha sido la queja de los moralistas de todos los tiempos."

Adam Smith (1723-1790)

CINCUENTA AÑOS DESPUÉS.

"Rafael Sánchez Ferlosio no ha cambiado tanto en los cincuenta años que van del día 6 de enero de 1956 en que ganó el Nadal con El Jarama hasta ayer mismo. Entonces era un joven flaquísimo, cuya nariz aguda era una roca entre sus ojos asustados. Ahora su sonrisa es más benéfica, como si su rabia estuviera ahora pendiente de otras voces, generalmente interiores. Ya entonces desdeñaba la fama que le otorgaba aquel libro. Hizo pocos aspavientos cuando supo que había ganado, y después siguió tratando de olvidarse de la dichosa novela. Hace cuatro años le dijo aquí a Arcadi Espada que la aborrece. Le gustó escribir los diálogos, dice, pero hubo un momento en que la novela parecía una losa bajo la que se iba a sepultar su nombre, su escritura, todo. Supo que había ganado al día siguiente de haber sido otorgado el premio; entonces los premios eran otra cosa, los autores no estaban tan avisados como actualmente, y en concreto a Ferlosio el fallo le halló durmiendo en Granada, con su mujer de entonces, Carmen Martín Gaite. Poco tiempo después a Miguel Delibes la misma noticia -ganó el Nadal con La sombra del ciprés es alargada, en 1948- le halló pendiente de los teletipos de su periódico, en Valladolid, para saber si su nombre era el agraciado. Ahora esas noticias corren como la pólvora y los autores ya van vestidos para el premio. Después de ganar, Ferlosio disminuyó todo lo que brillara, e incluso se sumergió en las tinieblas de su casa; corrió las cortinas, bajó las persianas, y en aquel encierro que interrumpía para ir a recluirse en el Café Gijón, abordó gramáticas, ensayos, artículos, se manifestó contra todo, e incluso arremetía, al salir de casa, contra los coches y contra los ruidos que perturbaban su indómita soledad. Renegó de la ficción, aunque salvara algunos libros de las estanterías de la novela, y se hizo un ensayista que usó el bastón contra los automóviles porque no podía utilizarlo contra la mediocridad de un mundo que hace cincuenta años también le obligaba a ocultar sus ojos asustados de la intemperie que le esperaba. Muchos años después, curado acaso del pavor que se hizo sólido con la fama de El Jarama, no pudo impedir que su colega Delibes escribiera este subrayado: 'El Jarama se ha erigido en patrón de no pocos narradores que han ido apareciendo con posterioridad'."

Juan Cruz, El País, 7 de enero de 2006.

viernes, 28 de marzo de 2008

ORACIÓN PARA BORRACHOS.

Dios da bebida a esos borrachos que se despiertan al amanecer
Farfullando sobre las rodillas de Belcebú, totalmente destrozados,
Cuando una vez más espían a través de las ventanas
Acechando, el terrible puente cortado del día.

Malcolm Lowry (1909-1957)

jueves, 27 de marzo de 2008

ANIMULA VAGULA BLANDULA.

Adriano (76-138) compuso poco antes de morir esta pequeña joya en forma de poema:

Animula vagula blandula
Hospes comesque corporis
Quae nunc abibis in loca
Pallidula, rigida, nudula
Nec ut soles dabis iocos

(Alma, vagabunda y cariñosa,
huésped y compañera del cuerpo,
¿dónde vivirás? En lugares
lívidos, severos y desnudos
y jamás volverás a animarme como antes).

miércoles, 26 de marzo de 2008

T. W. ADORNO.

La sociedad industrializada presenta - para Adorno - una estructura que niega al pensamiento su tarea más genuina: la tarea crítica. Así es como la filosofía se hace indispensable para disipar la apariencia de libertad, mostrar la cosificación reinante y crear una conciencia progresiva.
En su texto Dialéctica negativa pretende demostrar una reforma de la razón, para quitarle el dominio autoritario sobre los hombres y las cosas que posee desde que es razón ilustrada. A la dialéctica hegeliana y marxista (que pretende la identidad al superar las contradicciones) le opone el método dialéctico de la "no identidad", respetando las contradicciones, lo diferente, la negación, rechazando todo pensamiento sistemático. Irracional, para Adorno, es pensar de acuerdo a las categorías tradicionales que dan por supuesta una conformación de estructuras sociales injustas e irracionales. Valora el arte vanguardista, en tanto irracional (en otro sentido) porque implica una independencia de la razón instrumental. Un año después de su fallecimiento se publicará la que muchos consideran su obra más trascendente: su Teoría estética.

MANÍAS.

"Sin que el orden en que van enumeradas signifique el grado en que lo hacen, me encolerizan, que ahora recuerde, las siguientes cosas:
1. Esa especie de 'astucia de la razón' de los liberales que es la fe en la llamada 'mano invisible' (pretenden haber renegado de la filosofía de la historia, pero sólo han renegado de lo único bueno que tenía: su negatividad, o sea, la denuncia del determinismo como el mal contra el que había que rebelarse y del que había que liberarse).
2. La mano invisible -escándalosamente visible- de la mano invisible: la publicidad.
3. La sociedad de consumo en especial referida a la cultura del petróleo, y sobre todo el automóvil y la motocicleta.
4. El deporte competitivo, especialmente si es de masas.
5. Las mismas masas... ¡Ah¡, y
6. El rock."

Rafael Sánchez Ferlosio.

domingo, 23 de marzo de 2008

SOBRIA EBRIEDAD.

"El prohibicionismo en materia de drogas es -cada vez más- un remedio que agrava el mal en lugar de evitarlo; su vigencia sostiene imperios criminales, corrupción, envenenamiento con sucedáneos y meros venenos, hipocresía, marginación, falsa conciencia, suspensión de las garantías inherentes a un Estado de Derecho, histeria de masas, sistemática desinformación y -cómo no- un mercado negro en perpetuo crecimiento. Los millones de personas que mueren o son encarceladas, chantajeadas y expropiadas cada año en el mundo, y los muchos millones más expuestos cada día a semejante suerte no son un argumento pequeño; súmese a ello la atrocidad de que mueran o yazcan retorcidos por dolores perfectamente remediables un número todavía superior de personas y tendremos un cuadro realista de la situación.
Pero el cambio de esa pesadilla, la ley vigente, no sólo promete evitar de inmediato muchas cosas indeseables como la sobredosis accidental o involuntaria-, sino promover algunas deseables, empezando por la moderación misma. Aunque parezca imposible un mundo sin drogas, hay quien piensa que seria lo idóneo; tiene demasiado cerca la ganda prohibicionista para observar que las sustancias psicoactivas no se inventaron para hundir al ser humano, esclavizándole y mutilando su dotación orgánica, sino para ayudarle a sobrellevar desafíos vitales, mejorando su autocontrol y, en definitiva, su libertad y su dignidad personal.
La guerra a las drogas es una guerra a la euforia autoinducida y delata miedo al placer. El sufrimiento, tan común, coge a todos preparados y no suele exigir pedagogos; pero el placer -especialmente si se presume intenso- demanda una protección, que pedagogos oficiales se encargan de impartir por las buenas o por las malas, normalmente por las malas. Nada más oportuno entonces que recordar el concepto clásico de euforia así como la idea que otras culturas tuvieron y tienen de la ebriedad.
Hacia el siglo VI antes de Cristo, Hipócrates -creador de la medicina científica- recomendaba "dormir sobre algo blando, embriagarse de cuando en cuando y entregarse al coito cuando se presente ocasión". Preconizaba opio para trata la histeria y concebía la euforia (de eu-phoria: "ánimo correcto") como algo terapéutico. Para él, como para Teofrasto y Galeno, las drogas no eran sustancias buenas o malas, sino "espíritus neutros", oportunos o inoportunos atendiendo al individuo y la ocasión.
Durante la era pagana, el vino y las bebidas alcohólicas son las únicas drogas que sugieren degradación ética e indigna huida ante la realidad. Ecos del reproche se remontan al primer imperio egipcio, prosiguen en la vieja religión indoirania y llegan a la cuenca mediterránea como dilema: ¿quiso Dioniso-Baco regalar a los mortales algo que enloquece o algo que ayuda a vivir? Los usuarios de cualesquiera otras droga no interesan para nada al derecho ni a la moral, y cometeríamos un error creyendo que eran escasos. En la Roma de Augusto y Tiberio, por ejemplo, había casi 900 tiendas dedicadas de modo exclusivo a vender opio, cuyo producto representaba el 15% de toda la recaudación fiscal, y el opio era una mercancía estatalmente subvencionada, como la harina, para impedir especulaciones con su precio; sin embargo, no hay patabra en latín para opiómano, mientras se acercan a la docena las que nombran al alcohólico, y ni un solo caso de adicto al opio aparece menciotiado en los anales de la cultura grecorromana. Lo mismo debe decirse de quien usa marihuana, hachís, beleño, daturas, hongos visionarios y demás drogas antiguas.
Las raíces del mundo occidental coinciden con las de otras innumerables culturas en un concepto a la vez profundo y claro de la ebriedad -alcohólica o no-, que en definitiva apunta a un acto de júbilo y abandono, pues -como señalara Nietzsche- es "el juego de la naturaleza con el hombre". Filón de Alejandría, padre de la corriente jónica vincula la palabra griega para ebriedad (methe) con el verbo methyeni, que significa "soltar", "permitir", y define al ebrio como quien se adentra en "liberación del alma". Platón, su maestro, no ignoraba que el ebrio puede caer en patosería, aturdimiento, avidez y fealdad, pero defendió vigorosamente el entusiasmo ebrio como antídoto para aligerar la tirantez del carácter y sus ropajes rutinarios, que suscita la interioridad original y aquella inocencia donde pueden aparecer a una nueva luz las cosas. Como resumiría mucho más tarde Montaigne, "los paganos aconsejaban la ebriedad para relajar el alma".
De ahí que el ideal grecorromano no fuese la sobriedad, sino la sobria ebrietas, la ebriedad sobria que faculta para gozar el entusiasmo sin incurrir en necedades. El sobrio no debe ser confundido con el abstemio, porque el primero es racional con o sin drogas, rmentras el segundo sólo lo es sin ellas; uno puede penetrar en los pliegues de la desnudez, y el otro ha de rehuirlo para no avergonzarse ante los demás y ante su propia conciencia.
Esta constelación se derrumba al triunfar el cristianismo, que no sólo combate los cultos orgiásticos y extáticos de la religión pagana -apoyados casi siempre con drogas de tipo visionario- sino la propia medicina hipocráto-galénica, en nombre de remedios mejores corno exvotos, santos óleos y agua bendita; el saber farmacelógico antiguo,será destruido, y se perseguirá como crimen de lesa majestad la eutanasia, que hasta entonces había sido considerada un signo de excelencia ética. El uso médico, moral, sacramental y recreativo de drogas distintas del vino constituye apostasía, desprecio por la fe verdadera. Los dispersos restos del saber previo quedan al cuidado de curanderos y curanderas, y la persecución de estos focos acabará suscitando una cruzada contra la brujiería, que, por estructura y métodos, es un calco de la actual guerra a las drogas.
Para terminar les recuerdo que Europa recobró la farmacología científica -y libertad para hacer uso de ellas- cuando aparecieron las primeras fisuras graves en la nonolítica unidad de la Iglesia y el Estado, y que desde el siglo XVII hasta el actual concibió las drogas otra vez al modo pagano, confiando en ellas como buenos remedios cuando se usaban sensatamente, y restaurando como orientación Ia sobria ebriedad. Les recuerdo que el afán prohibicionista, nacido en Estados Unidos y promovido por este país al ritmo en que iba alzándose al rango de superpotencia, es una iniciativa de misioneros y círculos puritanos, pensada expresatmente -en palabras del reverendo Wilbur S. Crafts, director del lnternational Reforin Bureau en tiempos de T. Roosevelt- "para celebrar el segundo milenio de égida cristiana sobre el planeta".
La cruzada contra las drogas tenido y tiene el mismo efecto que la crucada contra las brujas: exacerbar hasta extremos inauditos un supuesto mal, justificando el sádico exterminio y el expolio de innumerables personas, así como el enriquecimiento de inquisidores corruptos y un próspero mercado negro de lo prohibido, que en el siglo XVI era de unguentos brujeriles y hoy es de heroína o cocaína. No quebrantaremos el círculo vicioso de la cruzada sin sustituir las pautas de barbarie oscurantista por un principio de ilustración. Las drogas son cosas que siempre estuvieron entre nosotros, que sigen estándolo y que van a continuar así. Dado el clima de alarmismo contraproducente, donde para los jóvenes usar lo ilícito es en parte rito de pasaje hacia la madurez y en parte coartada que sugiere declararse irresponsable, nuestra alternativa es excitar un consumo irracional de productos adulterados, o apoyar un uso informado de sustancias puras.
Demonizar las drogas sólo nos ha hecho más inermes, más crueles para con nuestros semejantes y más idiotas en sentido original, ya que idiotés nombra en griego clásico a quien delega indefinidamente en otros la gestión de aquello común, y por tanto suyo. No ya nuestra salud sino la de nuestros hijos y nietos pende de que recobremos su empleo como reto ético y estético personal -atendiendo a la aventura de libertad y saber allí subyacente-, sin desoír su valor como lenitivo mejor o peor para partes difíciles del vivir y vidas amargas. A mi juicio, sólo así podrán renacer en este campo un sentido crítico y una mesura dignos de su nombre, que fueron regla antes del experimento prohibicionista."

Antonio Escohotado.

PRINCEPS BOTANICORUM.

"En primavera el amor llega incluso a las plantas. Machos y hembras [...] celebran sus nupcias [...] mostrando, por sus órganos sexuales, cuáles son machos y cuáles son hembras. Las hojas de las flores sirven como un lecho nupcial, dispuesto gloriosamente por el Creador, adornado con excelsos cortinajes y perfumado con con suaves aromas para que el novio pueda celebrar allí sus nupcias con la novia con la máxima solemnidad. Una vez dispuesto así el lecho, es el momento de que el novio abrace a su novia amada y se entregue a ella."

Carl Linneo (1707-1778)

Además de sus escritos sobre el mundo de la naturaleza, Linneo dedicó una gran parte de su tiempo de ocio a escribir largos y halagadores retratos de sí mismo, proclamando que nunca había habido "un botánico ni un zoólogo más grande" que él y que su sistema de clasificación era "el mayor logro en el reino de la ciencia". También propuso, modestamente, que su lápida llevase la inscripción Princeps Botanicorum (príncipe de los botánicos).

viernes, 21 de marzo de 2008

SI HE DE VIVIR SIN TI...

Si he de vivir sin ti, que sea duro y cruento,
la sopa fría, los zapatos rotos, o que en mitad de la opulencia
se alce la rama seca de la tos, ladrándome
tu nombre deformado, las vocales de espuma, y en los dedos
se me peguen las sábanas, y nada me dé paz.
No aprenderé por eso a quererte mejor,
pero desalojado de la felicidad
sabré cuánta me dabas con solamente a veces estar cerca.
Esto creo entenderlo, pero me engaño:
hará falta la escarcha del dintel
para que el guarecido en el portal comprenda
la luz del comedor, los manteles de leche, y el aroma
del pan que pasa su morena mano por la hendija.

Tan lejos ya de ti
como un ojo del otro,
de esta asumida adversidad
nacerá la mirada que por fin te merezca.

Julio Cortázar (1914-1984)

UN VIAJE DE INVIERNO.

"Existe con toda probabilidad un término final de la Sabiduría que una vez alcanzado te obligará a rehacer de vuelta tu camino y volver sobre ti mismo para consumir la energía que te resta en saber cómo sabes, cómo has sabido y cómo es que no puedes saber más."

Juan Benet (1927-1993)

jueves, 20 de marzo de 2008

SALVADO ESTÁ EL QUE ...

"Salvado está el que está entre los salvados, o por mejor decir, el que es de los salvados. Ya aquí, ya en este mundo, en este aborrecido guardamuebles, incluso a mitad de camino de su vida, tienen los hombres de hoy, por lo que se comenta, ya resuelto su caso, arreglado su problema, o sea, ya decidido su signo irrevocable […]
¡Pero yo os digo que no os entreguéis! […]
Si no, ¿para qué espada?, ¿para qué albedrío?, ¿para qué haber llevado espada toda nuestra vida, como los hombres libres, como los caballeros, sino para darle brega y darle agitación, llegada la hora de desenvainar, y cuando quiera que tal hora suene, aunque sea vuestra propia hora postrera?"

Rafael Sánchez Ferlosio.

PARA ANA, QUE HABITA EN LA MEMORIA.

¿Y si hacemos de un manojo
de una cresta de una ola
de la línea de tu pecho
del perfume de tu aroma
del aliento de tus sueños
del constante advenimiento
un ovillo, y tú y yo dentro?

miércoles, 19 de marzo de 2008

QUERIDO MAX (II)

"Mi muy querido Max, ¿jugamos una vez más al juego de los niños infelices? Uno señala al otro y recita su antiguo verso. Tu opinión actual sobre ti mismo es un capricho filosófico, mi mala opinión sobre mí mismo no es una mala opinión trivial. En esta opinión quizá se halle mi única virtud, después de haberla delimitado adecuadamente en el transcurso de mi vida, es aquello en lo que jamás, jamás he tenido que dudar, me da un orden para mí mismo y me tranquiliza suficientemente, a mí, que me rindo de inmediato ante la falta de claridad. Estamos suficientemente cerca uno de otro como para poder ver los entresijos en la argumentación de la opinión del otro. Yo incluso he llegado a detalles y ellos me han alegrado más de lo que tú aprobarías -¿de qué otro modo podría seguir sosteniendo la pluma en mano? Nunca he sido de aquellos que sacan adelante alguna cosa a cualquier precio. Pero precisamente de eso se trata. Lo que he escrito fue hecho en un baño tibio, no he vivido el infierno eterno de los verdaderos escritores, a excepción de unos pocos arrebatos que puedo ignorar en mi juicio, a pesar de su fuerza quizá infinita, debido a su escasa frecuencia y a la debilidad con que se manifestaron. También aquí escribo, muy poco desde luego, me lamento de mí mismo y también me alegro; éste es el modo en que las mujeres piadosas rezan a Dios, pero en las historias bíblicas se deberá pasar mucho tiempo antes de que pueda mostrar lo que ahora te escribo a ti, y aunque sólo sea por mí. Está elaborado sobre la base de pequeñas piezas más bien alineadas que entrelazadas; durante mucho tiempo seguirá por un camino recto, antes de llegar a formar el círculo deseado, y en aquel instante, en función del cual trabajo, las cosas no resultarán en absoluto más fáciles, mucho más probable es que, habiendo sido inseguro, pierda la cabeza. Por esto, será algo de lo que se podrá hablar solamente cuando concluya la primera versión."

Carta de Franz Kafka a Max Brod.

LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE.

Nació en Córdoba en el seno de una ilustre familia y estudió en la Universidad de Salamanca. Recibió órdenes religiosas y en su juventud ya era bastante famoso puesto que Cervantes ya habla de él cuando Góngora sólo tiene 24 años. Obtuvo un cargo eclesiástico de poca importancia pero que le permitió viajar por España con frecuencia y frecuentar la Corte en Madrid. Se establece en esta ciudad y consigue que Felipe III le nombre su capellán. A diferencia de la mayoría de sus contemporáneos, en Góngora, ni la religión ni el amor, pese a algunas aventuras juveniles, ocupan un lugar importante en su vida o en su poesía. Parece que le domina un solo sentimiento, el de la belleza, pues el amor y la naturaleza, asuntos de los que trató con perfecto dominio, más que sentimientos en él aparecen como pretextos para la creación poética. Al final de su vida, agobiado por la deudas, se traslada a Córdoba, donde muere. Góngora tuvo en vida defensores apasionados y críticos implacables. El carácter mismo de su poesía haría que esta división de opiniones continuara después de su muerte y llegara aún a nuestros días. Los dos enemigos de más valer que tuvo Góngora fueron Quevedo y Lope de Vega, aunque contó con famosos partidarios como el conde de Villamediana o los humanistas Pedro de Valencia y fray Hortensio de Paravicino. El motivo de esta división radical de posturas reside en el carácter innovador de la poesía de Góngora, cabeza del estilo literario conocido por culteranismo, un término que poseyó en su origen carácter burlesco, formado a partir de la palabra culto y que, de hecho, supone la fase final de la evolución de la poesía renacentista española, instaurada por Garcilaso de la Vega. Sin embargo, a pesar de su gran ornamentación verbal, y de la utilización de palabras comunes en una acepción latina, la crítica considera que el culteranismo es una manifestación peculiar del conceptismo —la escuela literaria que supuestamente se le oponía—. En realidad, y desde el punto de vista de la ideación, Góngora piensa mediante conceptos, aunque su escritura, realizada con recursos lingüísticos como los mencionados, y en ocasiones una difícil erudición, logra grados de elevación lírica y de complicación, a veces casi inalcanzables. Hasta hace poco la historia literaria separaba la obra poética de Góngora en dos mitades claramente diferenciadas. Por un lado, las letrillas de inspiración popular y los romances: moriscos, amorosos, pastoriles y caballerescos. De otro, su obra cultista iniciada en 1610 con la Oda a la toma de Larache, y continuada con el incremento constante de la oscuridad estilística en la fábula de Polifemo y Galatea (1613), las Soledades (1613) y el Panegírico al duque de Lerma (1617). Equidistante entre ambos aspectos, se podrían situar sus numerosos sonetos y canciones de estilo clásico, en los que no se advierte tanto el cultismo. Para el Góngora de la primera manera, la crítica, desde la de sus coetáneos, sólo tuvo elogios. Incluso en los momentos de mayor antigongorismo nadie puso en duda la belleza de letrillas como "Las flores del romero", "Lloraba la niña", "No son todo ruiseñores" ni de los romances "En los pinares del rey", "Amarrado al duro banco", "Servía en Orán al rey", entre otros. Otra vena poética que domina en Góngora es la burlesca, como demuestran "Ande yo caliente", "Ahora que estoy despacio" o "Murmuraban los rocines". Para algunos es el autor de los más bellos sonetos que se han compuesto en lengua castellana. La fábula de Polifemo y Galatea (1613) es la recreación más perfecta de una fábula mitológica en la poesía española. Al narrar el viejo tema -pasión del cíclope Polifemo por la ninfa Galatea, idilio de ésta con el joven Acis, venganza del gigante- Góngora crea una obra de brillante hermosura descriptiva, de construcción acabada, donde el arte del contraste y de lo hiperbólico queda sometido a formas rigurosas. Las Soledades (1613) es una obra de mayor aliento y de plan más madurado. Góngora proyectaba cantar las soledades de los campos, de las riberas, de las selvas y de los yermos. Sólo compuso la primera y parte de la segunda, que constituyen un poema pictórico, panorámico, rico en color y matices. Escrito en silvas, y todavía discutido hoy, constituye una de las cumbres de la lírica de todos los tiempos.

miércoles, 12 de marzo de 2008

QUERIDO MAX (I)

"Mi última petición. Todo lo que se encuentre de mis escritos cuando yo muera (dentro de cajas de libros, en los armarios roperos, en mi mesa de trabajo, en casa o en la oficina, o en cualquier otro lugar del que tengas noticia o que se te ocurra), es decir, diarios, manuscritos, cartas -mías y de los demás-, todo lo dibujado, etcétera, incluso todo lo escrito o dibujado que tú poseas, u otros a quienes deberás pedírselo en mi nombre, debe ser quemado de forma inmediata, sin ser leído. Aquellos que posean cartas que no deseen entregarte deben por lo menos obligarse a quemarlas ellos mismos."

Fraz kafka en carta a su amigo Max Brod.

jueves, 6 de marzo de 2008

DEBATES ELECTORALES.

"Suelo decir que Antonio Gramsci forma con Rosa Luxembourg la más ilustre pareja de intelectuales que crió, apenas a tiempo, el comunismo, antes de abominar definitivamente de la funesta manía de pensar.
Pues bien, Gramsci advirtió de que la expresión “lucha ideológica” era una torpe metáfora que más valía no usar o que, de usarla, había que hacerlo con toda la precaución de no perder de vista la decisiva diferencia de que mientras en la lucha física o la guerra era válido y conducente a la victoria atacar los puntos débiles del adversario, en la mal llamada lucha ideológica sólo era, en cambio, procedente acometer los puntos fuertes.
El jovencísimo Menéndez y Pelayo de los Heterodoxos (libro en el que inventó el género que yo llamo “libro infierno”, pues van a parar a él todos los malos, y que fue cultivado por Lucáks con su El asalto a la razón) contraviene la sabia prescripción gramsciana con sus representaciones musculares del pensar: “atletas de la escolástica” “potencia intelectual”, “asentar verdades como el puño”, “contundente en casi todo lo que es filosofía pura y monumento de inmenso saber y de labor hercúlea”, “era su erudición la del claustro, encerrada casi en los canceles de la filosofía, escolástica, pero ¡cómo había templado sus nervios y vigorizado sus músculos esta dura gimnasia!”, “todo lo recorrió y lo trituró, dejando dondequiera inequívocas muestras de la pujanza de su brazo”, “molió y trituró como cibera a los débiles partidarios que en Sevilla comenzaba a tener la nueva filosofía ecléctico-sensualista del Genovesi y de Verney”, “en cabeza suya asestó el padre Alvarado golpes certeros y terribles” (Heterodoxos, VI-3-VII, VI-4.-I y VII-2-V).
El gramsciano rechazo de la mera noción de lucha ideológica es, a la postre, lo que me pone diametralmente en contra de los que celebran como un gran adelanto democrático la introducción de debates electorales en España. Antes por el contrario, lo deploro como una vuelta de tuerca más al ya bastante avanzado encanallamiento y prostitución de la palabra.
El debate televisivo es una perversión sólo capaz de complacer a mentalidades primitivas, casi paleolíticas, como las del regresivo agonismo norteamericano, que no puede entender nada de nada como no se le presente en términos de ganador y perdedor.
Y no es que no haya antecedentes europeos: en las disputationes académicas de Salamanca, en los siglos XVI y XVII, parece ser que los “ergos” se contaban como hoy se cuentan los goles en el fútbol: “¡Fulano le ha metido diez y nueve ergos a Mengano!”. Estas disputationes universitarias fueron después, con toda razón, consideradas como la máxima degradación intelectual.
Quizá no sea un azar que tal enfermedad resurja, en otra forma, precisamente hoy, cuando “opinar algo” o incluso “propugnar algo” o “ser partidario de algo” suele ser sustituido por “apostar por algo”, como si fuese a caballo ganador, y empezándose ya a difuminar, por consiguiente, la diferencia entre quién se desea que gane en unas elecciones y quién se cree que las va a ganar.
La actual norteamericanización de la antigua disputatio le añade algunos rasgos pugilísticos, sin abandonar los clásicos de esgrima: la contundencia del directo a la mandíbula es compatible con la agilidad de una finta de florete; lo que no cabe es una sola palabra leal, que es tanto como decir una palabra digna de este nombre, que excluye la contundencia, la astucia, la eficacia, no menos que todo efecto de sorpresa, todo ardid de trinca o cualquier cosa, en fin, que la instrumente como un arte marcial.
Quienes, al aceptar debates electorales –y por tanto, a parti pris–, utilizan la palabra como arma de contienda, sepan al menos que al prostituirse así por la victoria no hacen sino profundizar la desmoralización de un público ya corrompido hasta la médula por el agonismo, por la irresponsable superficialidad de que lo que más le guste sea que haya pelea, para poder jalearla con sus voces de “¡Toma castaña!”, “¡Ahí le duele!”, “¡Chúpate esa!”… Sepan al menos que se revuelcan en el fango.
Para quien todavía, a pesar de todo, guarde un quizá ya inútil respeto a la palabra, y que, por tanto, no saluda el debate electoral como un avance democrático sino como una regresión a la barbarie, más despreciable será precisamente el que demuestre más agilidad verbal, más rapidez de reflejos, más ingenio retórico, más riqueza de imágenes, o sea, en una palabra, el que reúna en mayor número las condiciones idóneas para aquel efecto por el que se suele merecer del público ser proclamado vencedor."

Rafael Sánchez Ferlosio.

EL ÚLTIMO ENCUENTRO.

"- Me vas a responder a dos preguntas-dice el general, inclinándose también hacia delante: habla casi entre susurros, de una manera confidencial-. A dos preguntas que tengo planteadas desde hace décadas, desde que te espero. A dos preguntas a las que solamente tú puedes responder. Ya veo que crees que quiero preguntarte si aquella mañana, en la cacería, tuviste de verdad intención de matarme, o si sólo fue imaginación mía. Al fin y al cabo, no ocurrió nada. […] Veo que también crees que la otra pregunta sonaría así: ¿fuiste amante de Krisztina? […] Pues no, amigo mío, estas dos preguntas ya has respondido. […] No te formulo esa pregunta, porque sé con absoluta seguridad que aquella mañana tu intención fue matarme. No te lo digo como una acusación, más bien me das pena. […] ¿Qué puedo hacer con los secretos corrompidos de una casa de soltero, con la podredumbre de un adulterio, con los viejos secretos de alcobas de aire viciado, con los recuerdos de unos ancianos muertos o a punto de morirse? […] Sería vergonzoso, indigno de ti y de mí, indigno del recuerdo de nuestra infancia y juventud, de nuestra amistad. […] ¿Qué importan, al final de la vida, la verdad y la mentira, el engaño, la traición, el intento de asesinato o el asesinato mismo, qué importan dónde, cuándo y cuántas veces me engañó contigo, con mi mejor amigo, mi esposa, el único y verdadero amor de mi vida, mi única y gran esperanza, Krisztina?"

Sándor Márai (1900-1989)

miércoles, 5 de marzo de 2008

INVENTO DE DIOS.

"La búsqueda de Dios es una ocupación inútil, pues no hay nada que buscar donde nada existe.
A los dioses no se les busca, se les inventa."

Máximo Gorki (1868-1936)

martes, 4 de marzo de 2008

ANIVERSARIO.

El día de hoy es malo, y cada día será más malo, hasta que llegue el peor...
La vida es una guerra sin tregua, y se muere con las armas en la mano.

CONSIDERANDO EN FRÍO, IMPARCIALMENTE...

Considerando en frío, imparcialmente,
que el hombre es triste, tose y, sin embargo,
se complace en su pecho colorado;
que lo único que hace es componerse
de días;
que es lóbrego mamífero y se peina...

Considerando
que el hombre procede suavemente del trabajo
y repercute jefe, suena subordinado;
que el diagrama del tiempo
es constante diorama en sus medallas
y, a medio abrir, sus ojos estudiaron,
desde lejanos tiempos,
su fórmula famélica de masa...

Comprendiendo sin esfuerzo
que el hombre se queda, a veces, pensando,
como queriendo llorar,
y, sujeto a tenderse como objeto,
se hace buen carpintero, suda, mata
y luego canta, almuerza, se abotona...

Considerando también
que el hombre es en verdad un animal
y, no obstante, al voltear, me da con su tristeza en la cabeza...

Examinando, en fin,
sus encontradas piezas, su retrete,
su desesperación, al terminar su día atroz, borrándolo...

Comprendiendo
que él sabe que le quiero,
que le odio con afecto y me es, en suma, indiferente...

Considerando sus documentos generales
y mirando con lentes aquel certificado
que prueba que nació muy pequeñito...

le hago una seña,
viene,
y le doy un abrazo, emocionado.
¡Qué mas da! Emocionado... Emocionado...


César Vallejo (1892-1938)

lunes, 3 de marzo de 2008

TEORÍA DE LA NOVELA.

La vida es lo gris, y aun lo lóbrego, lo siniestro; polvorienta y reseca momia de sí misma. Verde, tan sólo he visto, justamente, el árbol ideal de la teoría.

1. Lenguaje narrativo inteligible.
2. Evitar frases hechas que vulgaricen el estilo.
3. Novela no por su contenido ni por su tema, sino por su forma.
4. Efecto de extrañeza.
5. Presentación de las cosas y los personajes por su cara más insólita.