martes, 16 de septiembre de 2008

SOBRE EL MIEDO.

Ya a principios del siglo XVI Nicolás Maquiavelo escribió: “Toda ciudad, todo Estado, debe tener por enemigos a todos aquello que puedan abrigar la esperanza de poder ocuparlo y de los cuales no puede defenderse.” Y continuaba diciendo unas líneas después: “… entre los particulares las leyes, los documentos escritos y los pactos hacen observar la palabra dada, pero también entre los Estados sólo la hacen observar las armas.” Idea que vino a reafirmar más de un siglo después el filósofo inglés Thomas Hobbes cuando decía: “Acuerdos, sin espada, son sólo palabras.” Que la guerra siga siendo la ultima ratio, la vieja continuación de la política por medio de la violencia en los asuntos exteriores de los países, no es argumento contra la afirmación de que ha quedado anticuada. La guerra, antes de derivar en la destrucción material, se forja en el envilecimiento de las conciencias. Desde que Estados Unidos es la única potencia mundial y, en especial, desde el acceso a la presidencia de George W. Bush se ha acentuado con tal nitidez el dibujo de un único futuro que, casi de inmediato, queda descartado, cuando no criminalizado, cualquier sendero distinto.
Nuestra servidumbre más cruel radica en que hemos aceptado la lógica del miedo, situándolo finalmente en el ligar más recóndito de nuestra conciencia. El miedo, que forma parte de nuestra vida individual, se convierte en sociedad y es gestionado en sociedad, tanto más cuanto mayor es la intensidad de las relaciones sociales. El Estado, es decir, la norma y el control, interviene entonces con una presión que no deja de aumentar y que tiene la finalidad de regular los procesos sociales.
Hoy, este miedo, infundido por quienes nos gobiernan, con su “efecto de vértigo”, sirve para crear masas y para controlarlas, limitando así nuestras libertades individuales. Como acertadamente escribió el poco acertado Engels: “La esencia del Estado y de la religión es el miedo que la humanidad se infunde a sí misma.”

1 comentario:

dividida dijo...

Datos personales
"Materialista, republicano y anticlerical"

-te faltó la dirección de correo-
Demasiado buenos esos autores que tenés desparramados por ahí,me interesa el tema en el cual estás trabajando, me gustaría hacerte algunas preguntas.
Mandame tu mail, no estoy haciendo públicos los mensajes que recibo, por las dudas que no quieras difundirlo.
Uno pierde muchas veces parte de su vida buscando lo que no existe...
saludos.