Me despierto y es como si ella no estuviera en la cama porque ha ido al baño o a la cocina. Sin embargo tengo la certeza de que ya no volverá nunca a esta cama. Puedo alargar el brazo, tocar su lado de la cama y sentir que está frío. Sé que no puedo recuperarla.
Me quedo en la cama despierto, sin saber desde cuando estoy solo.
jueves, 17 de julio de 2008
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