-poema escrito como una herida-
Tampoco te oigo, yo
que te oí con los labios,
te escuché con los ojos abiertos;
tú echada en una fuente,
en unos libros, complicando
la vida y las palabras, vida
sujeta a mi vida:
todo lo demás era un país derrotado,
era una noche, era mi cuerpo.
Era mi cuerpo en la noche.
martes, 8 de julio de 2008
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