viernes, 24 de julio de 2009
KANT Y LA CENSURA.
La vida retirada y laboriosa de Kant sufrió una ruda perturbación a consecuencia de un conflicto con el Gobierno. En octubre de 1794 recibió Kant una orden, refrendada por el ministro Wöllner. En ella se decía "La más alta personalidad del Estado ha visto, desde hace mucho tiempo, con gran desagrado, el mal uso que hacéis de vuestra filosofía, desfigurando y menospreciando algunas doctrinas fundamentales de las Sagradas Escrituras y del Cristianismo, como lo habéis hecho principalmente en vuestra obra Religion innerhalb er Grenzen der blossen Vernunft [La Religión en los límites de la razón pura], y en otros folletos. No dudamos que vos mismo comprenderéis que de este modo procedéis impunemente contra vuestro deber, como maestro de la juventud, y contra nuestros paternales deseos. Apelamos al testimonio de vuestra conciencia y esperamos que en adelante evitaréis nuestro desagrado, y que, en cumplimiento de vuestro deber, pondréis vuestro prestigio y vuestros talentos al servicio de los altos intereses de la patria, como es nuestro paternal deseo. En caso contrario, nos veríamos precisados inevitablemente a adoptar medidas desagradables". Todos los profesores y docentes de Filosofía y de Teología de la Universidad de Königsberg tuvieron que firmar, además, una declaración, según la cual, se abstendrían de dar lecciones sobre la doctrina religiosa de Kant.
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