domingo, 27 de abril de 2008

JARDÍN DE FLORES CURIOSAS (VII)

Como Pericles había descuidado últimamente su amistad con Anaxágoras, éste decidió envolverse en su manta y dejarse morir de viejo. Cuando Pericles se enteró acudió a verlo lleno de sobresalto y le rogó de mil maneras que no lo hiciera, porque quien más lástima le daría no sería Anaxágoras, sino él mismo, por perder tan excelente amigo y consejero político. Anaxágoras se destapó y le dijo: "Pericles, los que necesitan lámpara le echan aceite".

¿POR QUÉ NO SOY CRISTIANO?

"La religión se basa, pienso, principal y primariamente en el miedo. El miedo es el padre de la crueldad, y por tanto no es sorprendente que crueldad y religión han ido tomadas de la mano. La ciencia puede ayudarnos a superar este cobarde temor en que ha vivido la humanidad por tantas generaciones. La ciencia puede enseñarnos, y yo pienso que nuestros propios corazones pueden enseñarnos, a dejar de buscar apoyos imaginarios, a dejar de inventarnos aliados en el cielo, sino mejor a mirar a nuestros propios esfuerzos aquí en la tierra para hacer de este mundo un lugar más adecuado para vivir, en vez de la clase de lugar que las Iglesias han hecho de él durante todos estos siglos."

Bertrand Russell (1872-1970)

NUBES DORADAS.

A Jaime Gil de Biedma

Qué importa ya mi vida.

Cada vez que levanté mi casa, la
destruía. A cualquier país que llego
no amo otro momento
que aquel de divisarlo. Nunca
pude decir dos veces bien venida
a la misma mujer.

Respetarse uno mismo.

Pensar.

Veo crecer los rosales que planté.
Destapo la última botella del último
pedido.

Miro
como mi vida salva cuanto hay de noble.

Por ti, oh cultura, y por todos
los que vivos o muertos me hacen compañía, bebo.

Más allá del tiempo y de mi cuerpo,
bebo. Lleno
de nuevo el vaso. Dejo
que lentamente el alcohol vaya cortando
los hilos que me unen
a esta barbarie.

Y con la última
copa, la del desprecio,
brindo por los que aman como yo.

José María Álvarez.

viernes, 25 de abril de 2008

G. W. F. HEGEL.

Cuando se encontraba estudiando en el Seminario de Tübinga tuvo lugar un fenómeno político de inmensa magnitud: la Revolución Francesa. Desde un comienzo Hegel se mostró entusiasmado por este hecho y durante toda su vida siguió festejando, año tras año, el día de la toma de la Bastilla.
El joven Hegel tenía en la polis griega su ideal. Según él, el hombre se sentía en la polis en su ámbito propio. Por ello no necesita proyectar su felicidad en un imaginario más allá, en otro mundo. En la polis se hacían realidad los ideales de belleza, felicidad y libertad.
Cuando empezaron a llegar a Tübingen las primeras noticias de lo que estaba ocurriendo en París, Hegel interpretó que lo que se trataba de hacer allí era recrear la polis griega en una nación moderna. Por eso decía que aquello que la Naturaleza había regalado a los griegos, era ahora construido conscientemente por los franceses.
La razón se hacía cargo de la Historia. Quedaban atrás las oscuridades de los tiempos pasados. Ahora el hombre, consciente de sus derechos, no sólo reclamaba su respeto sino que lo imponía. De ahora en más, el estado y las decisiones de gobierno deberían respetar la racionalidad, someterse a la crítica de la razón.
A medida que comenzó a evidenciarse que lo que ocurría en Francia era mucho menos la instauración de la libertad que la dominación por medio del terror, Hegel se distanció de la revolución, aunque siempre continuó fiel al espíritu que la animó en los primeros días.
Hegel explicó lo que ocurría en Francia sosteniendo que era contradictorio pretender imponer la libertad. Los revolucionarios, en nombre del ideal universal de la libertad, negaban las particularidades de los franceses comunes, en especial su fe cristiana. Al negar lo particular, lo universal termina particularizándose. Para mantener la totalidad era necesario no negar sino incluir toda particularidad.

COMPAÑERA.

Para siempre me tienes a tu vera,
la querencia me ha puesto a tu costado,
y si acaso me ausento de tu lado,
tendida junto a ti dejo mi estera.

Para siempre me tienes compañera,
para siempre me tienes aferrado,
parra que alzas, rosal que te ha trepado,
hiedra tenaz, osada enredadera.

Yo nunca cejo, amor, yo nunca cejo,
a menudo me vuelvo en el camino,
y en el rostro me llevo tu reflejo.

Nunca me alejo, amor, nunca me alejo,
de pájaros me lleno y me culmino
y me venzo hacia ti por ti me inclino.
Siempre.

Luis López Álvarez.

jueves, 24 de abril de 2008

EL TRABAJO.

"Fue en el estadio deportivo de la ciudad de Puebla, ante un público de obreros expresamente convocado por Juan Pablo II. Allí levantó de pronto una gran voz y dijo: "El trabajo ¡no es una maldisióoon!", y aquí tras una breve pausa enfáticamente suspensiva, elevó todavía una octava más el diapasón: "¡Es una béeendisióoon!". Hablaba ante un auditorio para el que la idea de "trabajo" no se opone al "ocio", sino al "paro". La apología positiva del "trabajo" en sí mismo y por sí mismo surgió con el capitalismo y su necesidad de mano de obra, y fue enseguida recogida sin rechistar por el marxismo; la exaltación del trabajo -sin determinación de contenido- como virtud moral se desarrolló como la más perversa pedagogía para obreros."

Rafael Sánchez Ferlosio.

CONTRA LOS ADOLESCENTES.

Adolescentes, vosotros sois quienes pretenden saberlo todo sin trabajar nada, quienes pretenden tener dignidad sin haberla ganado a pulso, quienes pretenden ser mejores sin dedicar, no ya unos años, sino la vida entera a mejorar. Sois quienes queréis los fines sin esforzaros por conseguir los medios. En nuestra época sois muchos, no sólo sois adolescentes, y aunque sí principalmente, por edad, se os puede localizar entre los 14 y los 20 años, también personas de todas las edades y de toda condición social podrán identificarse con la condición que aquí se expone. Porque en nuestra época del consumo inmediato se piensa que se pueden comprar las virtudes, cuando sólo se pueden adquirir con esfuerzo y años de trabajo. No se puede comprar el conocimiento, ni la sensibilidad, ni la valentía, ni el amor, ni la disciplina, ni el respeto, ni la prudencia, ni la amistad, todos los hombres cuentan en general con esas y otras muchas facultades en potencia, pero es necesario llevarlas al acto y eso, en la cultura, a diferencia de en la naturaleza, no sucede espontánea y necesariamente.

miércoles, 23 de abril de 2008

EL QUIJOTE.

"—Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes: a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes ríos, en magnífica abundancia, sabrosas y transparentes aguas les ofrecían. En las quiebras de las peñas y en lo hueco de los árboles formaban su república las solícitas y discretas abejas, ofreciendo a cualquiera mano, sin interés alguno, la fértil cosecha de su dulcísimo trabajo. Los valientes alcornoques despedían de sí, sin otro artificio que el de su cortesía, sus anchas y livianas cortezas, con que se comenzaron a cubrir las casas, sobre rústicas estacas sustentadas, no más que para defensa de las inclemencias del cielo. Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia: aún no se había atrevido la pesada reja del corvo arado a abrir ni visitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre; que ella sin ser forzada ofrecía, por todas las partes de su fértil y espacioso seno, lo que pudiese hartar, sustentar y deleitar a los hijos que entonces la poseían. Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle y de otero en otero, en trenza y en cabello, sin más vestidos de aquellos que eran menester para cubrir honestamente lo que la honestidad quiere y ha querido siempre que se cubra, y no eran sus adornos de los que ahora se usan, a quien la púrpura de Tiro y la por tantos modos martirizada seda encarecen, sino de algunas hojas verdes de lampazos y yedra entretejidas, con lo que quizá iban tan pomposas y compuestas como van agora nuestras cortesanas con las raras y peregrinas invenciones que la curiosidad ociosa les ha mostrado. Entonces se decoraban los concetos amorosos del alma simple y sencillamente, del mesmo modo y manera que ella los concebía, sin buscar artificioso rodeo de palabras para encarecerlos. No había la fraude, el engaño ni la malicia mezcládose con la verdad y llaneza. La justicia se estaba en sus proprios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese, que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen. La ley del encaje aún no se había sentado en el entendimiento del juez, porque entonces no había qué juzgar ni quién fuese juzgado. Las doncellas y la honestidad andaban, como tengo dicho, por dondequiera, sola y señera, sin temor que la ajena desenvoltura y lascivo intento le menoscabasen, y su perdición nacía de su gusto y propria voluntad. Y agora, en estos nuestros detestables siglos, no está segura ninguna, aunque la oculte y cierre otro nuevo laberinto como el de Creta; porque allí, por los resquicios o por el aire, con el celo de la maldita solicitud, se les entra la amorosa pestilencia y les hace dar con todo su recogimiento al traste. Para cuya seguridad, andando más los tiempos y creciendo más la malicia, se instituyó la orden de los caballeros andantes, para defender las doncellas, amparar las viudas y socorrer a los huérfanos y a los menesterosos. Desta orden soy yo, hermanos cabreros, a quien agradezco el gasaje y buen acogimiento que hacéis a mí y a mi escudero. Que aunque por ley natural están todos los que viven obligados a favorecer a los caballeros andantes, todavía, por saber que sin saber vosotros esta obligación me acogistes y regalastes, es razón que, con la voluntad a mí posible, os agradezca la vuestra."

Miguel de Cervantes (1547-1616)

lunes, 21 de abril de 2008

REPÚBLICA. LIBRO I.

"¿Qué gobierno supremo, qué magistratura, qué reinado puede ser más excelente que el de quien, despreciando todo lo humano y considerándolo indigno de la filosofía, no medita más que en lo sempiterno y divino, y está convencido de que aunque los otros hombres puedan llamarse tales, sólo lo son realmente los educados en las humanidades?"

Marco Tulio Cicerón (106 a. de C.-43 a. de C.)

JARDÍN DE FLORES CURIOSAS (VI)

Los romanos llamaron Hispania a la Península Ibérica, nombre derivado del topónimo I-sepha-im con el que la identificaron los fenicios; los bizantinos usarán Spania para referirse a ella, y con el tiempo acabará originándose el término moderno España. Esta prolongación toponímica es un ejemplo sutil del profundo arraigo de los patrones de toda clase que los casi siete siglos de presencia romana en la Península proporcionaron.

domingo, 20 de abril de 2008

LA LIBERTAD.

"El único recado verdaderamente efectivo que pueden trasladar los hombres libres y las sociedades abiertas al terror y al totalitarismo, en cualquiera de las formas en que se manifiesten, es el de la no rendición. No importa el arma letal que empleen sus comandos, los discursos ininterrumpidos que utilicen sus memorialistas ni la presión y el poder de sus compañeros de viaje. No esperen rescate quienes secuestren la libertad. Porque la libertad no tiene precio."

Rafael Sánchez Ferlosio.

sábado, 19 de abril de 2008

CONTRA EL MERCADO.

El interés usurero con el que a los individuos sangra el banco para poder adquirir a lo largo de su vida el simple derecho a cobijarse bajo un techo, derecho adquirido mediante el trabajo extenuante durante 30 o 40 años, se considera ya un privilegio. ¡Vaya mundo! ¡La esclavitud un privilegio! Un privilegio que se llevaba a cabo primero con individuos y que luego se le otorgó a los paises. Pero cuando la alternativa es la esclavitud o morirse de hambre, la primera es, sin duda, la mejor opción, aunque resulte extremadamente cínico el llamarla "privilegio". Por lo tanto, la principal tarea del individuo de nuestro tiempo tiene que ser la de no ser victima ni verdugo: ni chupar ni ser chupado. Es decir, un anarquismo que defiende al individuo tanto como al Estado, protegiendo siempre al primero del segundo, pero protegiendo a ambos de un tercero: el Mercado, cuyas riquezas pueden llevar a la mayor pobreza y cuya seducción supone la máxima perdición.

LA LEY MORAL.

"La máxima del amor propio (la prudencia) aconseja solamente; la ley de la moralidad obliga. [...] Aquel que ha perdido en el juego puede aflijirse por su imprudencia; pero el que tiene conciencia de haber engañado en el juego a su contrario (aunque haya ganado por este medio) debe menospreciarse, cuando se juzga bajo el punto de vista de la ley moral. Esta ley debe, pues, ser una cosa completamente distinta del pricipio de bienestar personal. Porque, para poder decirse a sí mismo: soy un miserable, aunque he llenado mi bolsa, es preciso otro criterio que para felicitarse o decirse: soy un hombre prudente, porque he aumentado mi caudal. Hay, en fin, algo aún en la idea de nuestra razón práctica que acompaña a la transgresión de una ley moral: el demérito."

Immanuel Kant (1724-1804).

miércoles, 16 de abril de 2008

ÚLTIMO ROUND.

Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores blanquísimos
donde se juegan las fuentes de la luz,
te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz,
voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago y cintas que
dormían en la lluvia.
No quiero que tengas una forma, que seas precisamente lo que
viene detrás de tu mano,
porque el agua, considera el agua, y los leones cuando se disuelven
en el azúcar de la fábula,
y los gestos, esa arquitectura de la nada,
encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro.
Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo,
pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese pelo lacio,
esa sonrisa.
Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino es también la luna y el espejo,
busco esa línea que hace temblar a un hombre
en una galería de museo.

Además te quiero, y hace tiempo y frío.

Julio Cortázar.

martes, 15 de abril de 2008

PERO NO HAGAMOS YA MÁS LITERATURA.

"Pero no hagamos ya más literatura. Por este mismo correo (o mañana) te envio, certificado, mi cuaderno de versos, que guardarás, y del que podrás disponer para cualquier fin como si fueras yo mismo. [...] Adiós. Si mañana no consigo la estricnina en dosis suficientes, me arrojaré al metro... No te enfades conmigo."

Mario de Sà-Carneiro en carta a Fernando Pessoa. (31 de marzo de 1916).

lunes, 14 de abril de 2008

LA BICHA.

"Ninguna otra invención humana ha causado tanto daño a las personas como la televisión. A la prensa le debemos la difusión de la literatura; la radio ha funcionado sin traicionar excesivamente su objetivo y su capacidad; sin embargo, la televisión, que debería mostrarnos cada día el mundo, se comporta con una gran vulgaridad, vendida sin condiciones a la publicidad."

Rafael Sánchez Ferlosio.

domingo, 13 de abril de 2008

QUE TENGO YO CUERPO DE GÓNGORA...

Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello.
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello:

goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

Luis de Góngora (1561-1627)

SIC VOS, NON VOBIS.

"¡O cuán diferente es este siglo de los pasados! Sino es que digamos, que es muy diferente España de los demás Reinos, respecto de la Agricultura. [...] ¿Pero hay hoy gente más infeliz, que los pobres Labradores? ¿Qué especie de calamidad hay, que aquéllos no padezcan? [...] Lamentaba el gran Poeta la infausta suerte de los bueyes, que rompen la tierra con el arado sólo para beneficio ajeno: Sic vobis fertis aratra boves. Con igual propiedad podemos hoy lamentar la suerte de los hombres, que para romper la tierra usan de los bueyes; pues apenas gozan más que ellos los frutos de la tierra que cultivan. Ellos siembran, ellos aran, ellos siegan, ellos trillan; y después de hachas todas las labores, les viene otra fatiga nueva, y la más sensible de todas, que es conducir los frutos, o el valor de ellos a las casas de los poderosos, dejando en las propias la consorte, y los hijos llenos de tristeza, y bañados de lágrimas, a facie tempestatum famis."

Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764)

LEYENDO A FLAUBERT.

"El vivir, como yo vivo, en una antigua y retirada capital de provincia, apartado de las grandes vías de comunicación y donde es relativamente fácil aislarse, metiéndose en casa, tiene sin duda sus inconvenientes, pero creo que sus ventajas son mayores aún. Nunca le falta a uno la media docena de amigos con quienes departir; en buenos días de vacaciones están el campo, la sierra, el encinar, y hay luego los chismes de la ciudad y las cosas del Ayuntamiento. Y francamente, vale más hablar de ellas que no de los problemas nacionales e internacionales, sobre todo cuando éstos apestan. Y queda en todo caso, y más en estos días cortos, destemplados y lluviosos del otoño, el meterse en casa a vivir con los propios hijos y con los muertos. Con los grandes muertos; con los genios de la humanidad. Y así hago ahora. Leo a Tucídides, leo a Tácito, para no enterarme de lo que está pasando en Europa. [...] El buen lector debe leer a la vez tres, cuatro o cinco libros, descansando de cada uno en la lectura de los otros. Así estos días, a la vez que leo a Jenofonte, a Tácito, una historia de la religión cristiana, alemana, un libro portugués, un libro de historia del gran historiador norteamericano Parkman, he leído y releído a Flaubert."

Miguel de Unamuno.

martes, 8 de abril de 2008

FILOSOFÍA AUTODIDACTA.

"El interés por decantar la reflexión de estilo filosófico del lado del amateur en contraposición a la fiebre erudita del profesional parece ser siempre, tan sólo, una necesidad psicológica de quien quiere hacer filosofía y nunca ha podido poner los medios formativos necesarios para su ejercicio. Pero en tales casos un estudio sistemático de alguno de los autores que les interesan a los aficionados o amateurs no estaría nada mal, para orientarse en el pensamiento y poder darse cuenta de que no todo es relacionable con todo. Célebre autodidacta es, por ejemplo, el lucidísimo Rafael Sánchez Ferlosio (de ningún modo un aficionado y que rebasa con creces a los profesionales), eso si entendemos por autodidacta quien nunca ha cursado unos estudios oficiales reglados ni obtenido unos títulos académicos o detentado unos cargos docentes institucionalizados. Pero el caso que mentamos no es en absoluto el de alguien que no haya pasado por la disciplina de la sistematicidad, erudición, rigor kantiano, de un modo mucho más firme que muchos académicos, simplemente lo ha pasado por su cuenta, transitando por otras vías los mismos caminos y adquiriendo por otros medios las mismas aptitudes y capacidades. Luego el aficionado que a veces nos interpela con su escritura y su protesta antiacadémica tiene razón en que no es absolutamente imprescindible el paso por unos cursos y titulaciones, pero carece de ella cuando minusvalora o desprecia lo que unos estudios en regla pueden aportar, no mostrándose dispuesto a adquirirlo por otros medios, o lo que es peor, pensando que eso no tiene importancia o que cualquiera que tenga mucho corazón y se ponga frente a un libro será capaz de entenderlo y cualquiera que se ponga frente a una página en blanco será capaz de escribir. Hace falta como mínimo estar alfabetizado para poder leer y escribir, pero mucho más que estar alfabetizado para poder leer y escribir filosofía. No es lo mismo leer el Marca que leer a Aristóteles y la diferencia entre ambos lectores estriba en que no todo lector del Marca puede entender a Aristóteles, mientras que todo lector de Aristóteles, no tendrá ninguna dificultad en entender el Marca."

Simón Royo Hernández.

sábado, 5 de abril de 2008

MIENTRAS HAYA DISCOTECAS...

"El arte se ha convertido en una payasada monumental. Una payasada a la que no deberíamos contribuir. No sé si deberíamos plantear una especie de huelga contra los museos contemporáneos, o contra los museos en general. ¿Por qué no? No tienen que ver con el arte sino con la industria de las imágenes. Es una pena que el arte, que fue concebido para hacer más grata la estancia del hombre sobre la tierra, se haya convertido en algo que es una fuente de obsesiones, de preocupaciones, manías. Y luego están todos esos artistas que se dedican a agobiarnos. Montones de artistas que se dedican a denunciar la triste situación de los pobres. ¿Pero eso a quién va dirigido, a los ricos o a los pobres? Los pobres ya lo saben, no tiene que venir un Santiago Sierra a explicárselo. El arte se ha convertido en una forma de dar caña. Como si no tuviéramos ya suficiente. Nos dan caña en el trabajo, en el museo, en casa. ¿Y dónde pasamos un buen rato? Yo siempre digo, en la discoteca. Yo les digo a mis estudiantes, mientras haya discotecas hay esperanza."

Ángel González García.

LA CREMA DE LA INTELECTUALIDAD.

“La gente que se conoce como intelectual tiene el mérito primario de servir al poder. Así es desde las noticias históricas más antiguas, en la Biblia, por ejemplo. Si se fijan en lo que hacían los profetas, actuaban como lo que podríamos llamar disidentes intelectuales. La gente a la que llamamos intelectuales no son diferentes de los demás, excepto en que tienen un privilegio particular. La mayor parte viven en la abundancia, están educados y tienen recursos. Cuando el privilegio aumenta, también aumenta la responsabilidad. Frente a este mundo de posibilidades de los intelectuales, socialmente instalados, la gente normal se encuentra en inferioridad de condiciones: luchan por la vida y la supervivencia esencial; sin embargo, muestran en ocasiones una perspicacia intelectual mucho mayor que la de los intelectuales instalados y al servicio de un sistema establecido que no resuelve los problemas y que son incapaces de superar. Pero los intelectuales viven en la arrogancia de creer que poseen el poder de las ideas y de la verdad."

Noam Chomsky.

SERMÓN DE SER Y NO SER.

...Ea, ¿qué?: después de todo,
¿es por ventura culpa de los seres mismos
ser lo que son? ¿Acaso ahora saben ellos
lo que hacen? ¿O lo sabes tú, que todavía
enarcas el entrecejo y alzas vanamente
el iracundo puño? Míralos abajo,
de la ventanilla del avión que nos arrastra:
hela ahí la tierra toda ya cuadriculada
de remiendos pardos de barbecho y otros verdes
surcos tan iguales, y por las laderas
árboles al tresbolillo, y carreteras negras
y canales destelleantes que las van cruzando
¡con qué orden y capricho! ¡Cuáles hormiguitas
hacendosas y discretas! ¿Ves?: ni se las oye
ni se las ve siquiera; y hasta tiene gracia
ese polvo luminoso que de sus ciudades
transpira por la noche; y estos ramalazos
de fuego que hacia nuestro trimotor escupen
sus baterías, ¿no son una fiesta breve
de la sombra eterna? Cierto que es verdad que tienen
una condenada naturaleza, si es que puede
llamarse naturaleza a semejante cosa:
a los pechos de la ley los han criado, y ellos
se enredan en las mallas, como leoncillos
nacidos ya en el circo, cuya vida nada
puede ser sino esa su prisión y, dentro de ella,
la intermitente fiebre de debatirse contra
la red inextricable. Así los ves que trazan
linderos en el mapa infinito, y dicen:
“De aquí hasta aquí, doscientas trece hectáreas mías”,
y plantan los mojones y las alambradas,
que al que las tocó le abrasan los alambres mismos;
y apuñalan a la hembra que le dijo: “Tuya
para siempre”, y que una tarde, como pasa, cuando
se transforma el otro en uno, se les fue con otro.
Porque es que lo que atenta contra las fronteras
de su posesión está a los límites atentando
de su definición y abriendo puerta a todos
los vientos de la malsegura noche, en donde
su muerte sienten amanecer: esto es, la muerte
de su ser. Y así, son hombres o mujeres, parias
o capitalistas, justos o perversos, indios
o norteamericanos; porque lo que importa
es ser lo que se es. Por eso se ha inventado
la guerra y las verdades y el Amor y tantos
ministerios laborales; y por eso mienten
y, en conscuencia, matan, y si el caso llega,
se matan ellos mismos, demostrando en vivo
que la vida ya no es nada, sino en todo caso,
del ser materia propia.Y hasta son, por cierto,
tan necios y pedantes que , tras el invento
de la familia, y la nación, y la persona,
y las clases, y las razas, izan todavía
la bandera de la Humanidad y se proclaman
del Hombre defensores y de sus derechos
naturales, y los hombre, irrisoriamente,
se hacen humanistas, como los alemanes
devenían alemanistas, o como oficinistas
los oficinistas, y los leones, si pudieran,
se harían leonistas,o como era Lope
lopista por esencia. Bien, así son ellos;
¿quién va a negarlo? Pero y ¿qué? Aquí ¿a qué viene
todo eso? ¿A quién leimporta? ¿Quién lo dice? Eso
que son no era lo que aquí cantar querías,
sino aquellos que parece que puedan asimismo
no ser. Empresa dura y desairada ésta
de cantar lo que no es. Pues ¿quién te paga? ¿Quiénes
van a agradecértelo? Ni escribes sinfonías
para bandas militares ni a los batallones
de trabajadores les compones algun hímno
que acompase el ritmo de sus brazos, ni novelas
que lean en el metro, ni sagaces hojas
que expongan a los jóvenes los mecanismos
de la explotación, ni grabas tan siquiera discos
que animen a las parejas en la cama y viertan
el consuelo de la pena de averiguar que acaso
el amor era también producto del consumo
del tiempo libre. Así que entonces, ¿para quiénes?
¿Que fundación, qué suscripción, qué Dios, qué ojos
sonrientes de muchacha, qué palmada amiga
en el lomo va a venir a sustentarte para
seguir desarrollando el tema de la gloria
de no ser? Como no esperes que las ovejas tontas
o los escasos linces que queden por la tierra,
o las estrellas, o los juncos de los ríos,
vayan a pagarte...Pero nada son; pues todo
lo que es lo es el Hombre, y hasta ellos hombre
son a sus manera. Ni tampoco cuentes con que
tú mismo vayas a pagarte la fatiga
de decir las loas a la nada; que tú mismo
tampoco eres diferente de los otros:
eres ellos. Nada ganaré: la cara inversa
del ser no es moneda. Pero todavía,
si premio ya ninguno hubiera, pero al menos
se pudiera...Mas me temo, al roce de estos labios,
que el no ser mismo se convierta en una rosa,
una bandera más que guíe por las calles
batallones enardecidos de la fe en la nada
negativa. Pero, en fin, de todas las maneras,
¿qué vas a hacer? Te han enseñados a hablar: revientas
si no hablas. Y además encima quieren que esta
carnosa boca y estos ojos en que ardía
la miel del sueño, y esta mano de catorce
nudillos, tus rodillas y tobillos y este
dorado cuerpo tenga que morirse un día
cualquiera, por el hecho de que yo me muera,
sin protestar. Pues ea, sigue ya adelante,
sermón el más ingrato que jamás saliera
de boca humana. Lo que si tendrás cuidado
con una cosa : para decir las alabanzas
de aquello que no es nada, no te irás derecho
al bulto, no caerás estúpido en la trampa
de decir la nada misma, sino que astutamente
hablarás un poco de las cosas infinitas
que los seres pueden ser: al ser por su palabra
cogerás, que dice que él,que es uno, al mismo tiempo
es muchos; golpeando infatigablemente
sobre el ser al rojo vivo,irás manifestando
su naturaleza de materia plástica, hasta
que gritarle puedas, devolviéndole su propio
insulto habitual:”La que es una cualquiera
no es nadie”; y de ese modo, sin decir la nada,
que es hacerla ser, habrás colaborado a hacerla
la indecible nada de los seres. Ahí los tienes:
míralos, tan móviles y tan dóciles a toda
querencia, como gusanos verbeneando, prestos
a trocarse a cada paso de gusano en queso,
de queso en gusano al punto,y otra vez en queso
de gusano, y en gusano impenitentemente
de queso; metamorfosis éstas, por supuesto,
meramente nominales:pues lo que llamaban
ámbito ni circunstancias eran asimismo
los circundados, que a su turno circunstantes
eran a la vez. Porque ello es que todo es causa
de todo, y todos uno.

Agustín García Calvo.

jueves, 3 de abril de 2008

MIGUEL DE UNAMUNO.

"Nunca he podido ser un sectario, siempre he combatido todo dogmatismo, alegando libertad, pero en realidad por soberbia, por no formar en fila ni reconocerme superior ni disciplinarme. Quiero oir vivir y morir en el ejército de los humildes, uniendo mis oraciones a las suyas, con la santa libertad del obediente."

Miguel de Unamuno (1864-1936)

miércoles, 2 de abril de 2008

TEORÍA DE LA CLASE OCIOSA.

Desde los tiempos de su publicación inicial, a finales del siglo XIX, la Teoría de la clase ociosa de Veblen se ha inscrito como uno de los más notables estudios en torno a rasgos específicos de las sociedades contemporáneas. La singularidad de esta obra reside en su materia tanto como en la aproximación que hace a ella. En sus páginas se ensaya una exploración minuciosa de los efectos de la riqueza en el comportamiento social; se trata -según sintetiza el autor del estudio introductorio- de un tratado sobre esnobismo y presunción.
Veblen se propone rastrear la historia de una clase ociosa que necesariamente surge en el
desarrollo de las sociedades de modo paralelo a la aparición de la propiedad privada, donde ciertas características, calificadas como virtudes para ciertas clases sociales, adquieren un valor muy distinto –si no inverso– al aplicarse al caso de los ricos. Así, conductas como el consumo derrochador o la improductividad se vuelven objetos de búsqueda; el desempleo, que para las clases medias es opresivo, se vuelve símbolo de éxito o atributo honorable.
Es claro que Veblen tenía un amplio conocimiento de trabajos antropológicos sobre
comunidades primitivas, no obstante lo cual hace aparecer su obra no como fruto de la erudición
sino antes bien como procedente de la observación cotidiana.
Sin hacer concesión alguna, Veblen toma a la clase acaudalada como objeto estrictamente
antropológico, la vuelve su tema como otro abordaría a los pobres o los oprimidos; observa con
agudeza y emprende una lúcida reflexión de sus pautas de comportamiento para luego plasmarlo en un estilo incisivo, con un manejo formidable de la ironía. Deliberadamente controversial, la
observación se centra en la sociedad estadounidense de fines del siglo pasado; esto, sin embargo, no limita sus alcances, toda vez que sus observaciones han cobrado cada vez mayor vigencia en tanto que las conductas que analiza, presentes del mismo modo en todas las sociedades, se han acentuado como efecto de la expansión casi universal del sistema capitalista.
A más de medio siglo de su edición inicial en español (FCE, 1954), esta obra se ha convertido en una referencia ineludible para todo aquel que pretenda acercarse al a nálisis del consumo y los efectos de la riqueza en el comportamiento social: "Nadie ha leído realmente mucho –sentencia John K. Galbraith– si no ha leído al menos una vez la Teoría de la clase ociosa".

AJENO.

Largo se le hace el día a quien no ama
y él lo sabe. Y él oye ese tañido
corto y curo del cuerpo, su cascada
canción, siempre sonando a lejanía.
Cierra su puerta y queda bien cerrada;
sale y, por un momento, sus rodillas
se le van hacia el suelo. Pero el alba,
con peligrosa generosidad,
le refresca y le yergue. Está muy clara
su calle, y la pasea con pie oscuro,
y cojea en seguida porque anda
sólo con su fatiga. Y dice aire:
palabras muertas con su boca viva.
Prisionero por no querer, abraza
su propia soledad. Y está seguro,
más seguro que nadie porque nada
poseerá; y él bien sabe que nunca
vivirá aquí, en la tierra. A quien no ama,
¿cómo podemos conocer o cómo
perdonar? Día largo y aún más larga
la noche. Mentirá al sacar la llave.
Entrará. Y nunca habitará su casa.

Claudio Rodríguez (1934-1999)

ROMA.

"El peregrino conglomerado constructivo en que al cabo de casi dos milenios había llegado a convertirse [...] me producía ya desde niño la más profunda sugestión: sobresaliendo apenas, a flor de superficie, en la enlucida y repintada fachada de un palacio [...], aparecían aquí y allá, gastados, desconchados, renegridos, pero aún en su asiento y disposición original, los romanos sillares del teatro. [...]
Y como roca viva, ciertamente, aparecían las reliquias de enegrecida sillería contra el cobrizo almagre de casas y palacio; naturaleza pretendían fingirse ante los ojos que las contemplaban [...], pues tampoco esa más profunda y acendrada resistencia que la sonda no logra perforar suele ser otra cosa más que ruina fósil de otra cultura más, exteriormente extinta, pero erguida en la sombra todavía."

Rafael Sánchez Ferlosio.

martes, 1 de abril de 2008

¡QUÉ PENA!

¡Qué pena si este camino fuera de muchísimas leguas
y siempre se repitieran
los mismos pueblos, la mismas ventas
los mismos rebaños, las mismas recuas!

¡Qué pena si esta vida tuviera
-esta vida nuestra-
mil años de existencia!
¿Quién la haría hasta el fin llevadera?
¿Quién la soportaría toda sin protesta?
¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra
al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha?
Los mismos hombres, las mismas guerras,
los mismos tiranos, las mismas cadenas,
y los mismos farsantes, las mismas sectas
¡y los mismos, los mismos poetas!

¡Qué pena,
que sea así todo siempre, siempre de la misma manera!

León Felipe.