sábado, 19 de abril de 2008

CONTRA EL MERCADO.

El interés usurero con el que a los individuos sangra el banco para poder adquirir a lo largo de su vida el simple derecho a cobijarse bajo un techo, derecho adquirido mediante el trabajo extenuante durante 30 o 40 años, se considera ya un privilegio. ¡Vaya mundo! ¡La esclavitud un privilegio! Un privilegio que se llevaba a cabo primero con individuos y que luego se le otorgó a los paises. Pero cuando la alternativa es la esclavitud o morirse de hambre, la primera es, sin duda, la mejor opción, aunque resulte extremadamente cínico el llamarla "privilegio". Por lo tanto, la principal tarea del individuo de nuestro tiempo tiene que ser la de no ser victima ni verdugo: ni chupar ni ser chupado. Es decir, un anarquismo que defiende al individuo tanto como al Estado, protegiendo siempre al primero del segundo, pero protegiendo a ambos de un tercero: el Mercado, cuyas riquezas pueden llevar a la mayor pobreza y cuya seducción supone la máxima perdición.

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