miércoles, 29 de octubre de 2008

RUINAS.

Tengo la memoria llena de ruinas poéticas, versos sueltos o salteados, poemas de los que sólo sobrevive alguna estrofa, y a veces tan sólo una aliteración o una metáfora.
Se borran los poemas en la página, se desintegra el autor, las citas son de nadie, a la extrañeza el verso deslumbrante crece entre secreciones, el pus y las escamas, quizás para que nadie pueda jugar a las casitas con sus poemas, para que nadie los utilice y diga: Mirad, por aquí se entra a un mundo superior.
No hay asilo ni literatura, no hay infancia ni poesía, ni locura ni amor. Y entonces urge despertar.

lunes, 27 de octubre de 2008

CARTA DE UN CORNUDO A OTRO CORNUDO.

"Siempre fui, señor licenciado, de opinión que a los hombres que se casan los habían de llevar a la iglesia con campanillas delante como a los ahorcados, pidiendo por el ánima del que sacan a ajusticiar y habiendo de llevar teatrinos que los animasen. Más después que he visto esta materia de los maridos cuán en su punto está, soy del parecer que es el mejor oficio que hay en la república teniendo por acompañado el ser cornudo, gracias a Dios, que nos ha dejado ver tiempo en que es calidad y estoy sentido y aun avergonzado de parte de los que lo son de ver, que vuesa merced ande escondiéndose como afrentado de serlo. No me espanto que ahora es vuesa merced cornicantano y realmente se hallará atajado aunque se librará, con los besamanos y el ofrecerse: vuesa merced se hará a las armas como todos, y se comerá las manos tras ellos.

Por estas hierbas cumplo veintisiete años y siete días de cornudo y le prometo a vuesa merced que, mediante Dios, me ha dado mil vidas. Bien sé yo, lo que más sentirá vuesa merced es lo que quedarán diciendo cuando pase por las calles. No se le dé un cuerno aunque le sobren muchos que si da en sentirlo se podrirá y así hágalo gracia y si oyere tratar de muchos en algún corrillo diga de ellos peor y más mal que todos, que nosotros así lo hacemos y engordamos. Y esté cierto que nadie puede, aunque sea hombre de bien, decir mal de cornudos, porque nadie dice mal de lo que hace.

¿Debe de pensar vuesa merced que es sólo cornudo en España? Pues ha de advertir que nos damos acá con ellos y que se trata que como oficios se les señales cuarto aparte y calle, como hay lencería y pescadería, haya cornudería. No sé si hallará sitio capaz para todos. Dichoso vuesa merced que es cornudo sólo en ese lugar, donde es fuerza que todos acudan, y no aquí que nos quitamos la ganancia los unos a los otros, tanto que si no se hace saca de cornudos para otra parte se ha de perder el lugar.

¿Cómo piensa que está recibido esto de cornudar? Pues ya se hace inquisición para casarse uno, que después de darles el dote se obliga a hacerse cornudo dentro de tanto tiempo y el marido escoge el género de gente con quien mejor le está: extranjeros, seglares o eclesiásticos, y ha de llegar el tiempo en que han de usarse en España conmaridos y se ha de llamar Junta de dos desposados y vacadas los barrios, aunque la sobra de mujeres se ha cogido tanto cornudo estos años que valen a huevo. Y es un gran señor de la profesión, que antes, cuando había en una provincia dos cornudos, se hundía el mundo, y ahora, que no hay hombre bajo que no se meta a cornudo, que es vergüenza que no lo sea ningún hombre de bien, que es oficio que si el mundo anduviera como había de andar se había de llevar por oposición como cátedra y darle al mas suficiente o, por lo menos, no había de poder ser cornudo ninguno que no tuviese su carta de examen aprobada por los protocornudos y amurcones generales. Haríanse mejor las cosas y sabrían los tales cofrades del hueso lo que habían de hacer. No hay cosa más acomodada que ser cornudo porque cabe en el marido, en el hermano, en el padre, en el amigo. Al letrado no le estorba el estudiar, antes le da lugar a la lección. ¿Cómo curaría ni visitaría el médico si estuviese siempre sobre su mujer y no diese lugar al cuerno? Él da lugar a los oficiales para su trabajo y a nadie estorba.
Pues en cuanto a honra: ¿quién no le regala?, ¿quién no le asienta en su mesa?, ¿quién no le presta ni le da? Pues si miramos a el provecho de la república, si no tuviera cornudos ¿qué hubiera de muertes, de escándalos y putos? Todo esto estorba uno de nosotros a quien llaman hombre de buena masa. Y realmente nosotros conforme a buena justicia siempre tenemos razón para ser cornudos, porque si la mujer es buena, comunicarla con los próximos es caridad y si es mala, es alivio propio. En otro tiempo eran menester razones, mas ya está tan negro el calificado que son escusadas las autoridades, porque aunque es verdad que en el primitivo cuerno hubo alguna incomodidad y pesadumbre ahora está esto muy asentado porque todas las cosas que han hecho mudanza y más ahora que hay casta de cornudos, como de caballos y está acreditado este oficio que verá vuesa merced que están aguardando a una puta ducientos dueños para cogerla como arrebatiña y alto a casar.

He oído decir el otro día que se trataba de hacer cornudos reales, como escribanos y repartirlos por las calles para el buen despacho, con su rótulo encima como curiales, que diga: “aquí se despacha para Génova, Roma, Francia”. No sé si pasará adelante, como también la nueva institución que me acaban de decir se trata para moderar las sedas, cadenas, diamantes y trencillos que gastan. De todo avisaré a vuesa merced como quien tan a pecho toma nuestra estimación o imitación.

Vuesa merced se honre mucho y coma de todo y hable con todos y disimule y verá qué bendiciones me echa. Y entre tanto, para entretener y aprovecharse lea este discurso intitulado El siglo del cuerno y mándeme cosas de su servicio.

A vuestra mujer beso la mano en habiendo vacante."
Francisco de Quevedo (1580-1645)

AMORES ETERNOS.

"Puedo amar a rubias y a morenas,
a la que finge la abundancia
y a la que esconde la indigencia;
a la que prefiere la soledad,
a la que cree, y a la que duda;
a la que siempre llora con ojos como esponjas,
y a la que es corcho seco y nunca llora.
Puedo amarla a ella, y a ella, y a ti, y a ti;
puedo amar a cualquiera
que no sea verdadera."

John Donne (1572-1631)

jueves, 23 de octubre de 2008

NÁUFRAGO EN OLAS TRANQUILAS.

Me encerré en casa cuando tenía 25 años para poder leerlo todo y hacer literatura. Estaba en el pináculo de mi juventud. Renucié a mi intensa vida social, novias, familia, futuro, a todo. Tomé una postura radical, me entregué por completo. Y fracasé.

HUELLAS EN LA NIEVE.

“Con frecuencia me paso los mediodías sentado en un banco, ocioso. Los árboles del parque están totalmente descoloridos. Sus hojas cuelgan artificiosamente, como si fueran de plomo. A ratos todo parece aquí de hierro endeble y hojalata. Luego cae otro aguacero y lo empapa todo. Se abren los paraguas, los coches ruedan sobre el asfalto, la gente se apresura, las muchachas alzan el borde de sus faldas […] Y luego están los jardines, tan silenciosos y perdidos tras las elegantes verjas, como esos rincones secretos que hay en los parques ingleses. Muy cerca de ellos truena y resuena el tráfago del comercio, como si nunca en la vida hubieran existido los paisajes o los ensueños. Los trenes retumban sobre los puentes, que tiemblan a su paso. Por la noche refulgen los escaparates, ricos y elegantes como en los cuentos de hadas, y ríos y oleadas serpenteantes de seres humanos se agitan ante las tentaciones de la riqueza industrial allí expuesta.”

Robert Walser (1878-1925)

miércoles, 22 de octubre de 2008

AFORISMOS.

-Él me desprecia porque no me conoce. Yo desprecio sus acusaciones porque me conozco.

-Varias veces he sido censurado por faltas que mi censor no tuvo el ingenio ni la valentía de cometer.

-Para él el mundo era una muchacha, 150 libros y una perspectiva de una milla alemana de diámetro.

-Nada nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos.

-En la Tierra no hay superficie más interesante que el rostro humano.

-Nuestro mundo llegará a ser tan refinado que creer en Dios resultará tan ridículo como hoy en día creer en fantasmas.

-Un rostro no se deja analizar en un instante: necesita una consecuencia.

-Por más que se predique las iglesias siguen necesitando pararrayos.

-En el mundo, los santos han logrado más en escultura que vivos.

-Cuando un libro choca con una cabeza y suena a hueco, ¿se debe sólo al libro?

-El único defecto de los escritores realmente buenos es que casi siempre ocasionan que haya muchos malos o regulares.

-Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto.

-El matrimonio, al contrario de la fiebre, comienza con calor y termina con frío.

-Ciertos hombres de mal corazón creen reconciliarse con el cielo cuando dan una limosna.

-Una regla de oro: no hay que juzgar a los hombres por sus opiniones sino por aquello en lo que sus opiniones los convierten.

-Sí, las monjas no sólo tienen un estricto voto de castidad sino también fuertes rejas en sus ventanas.

Georg Christoph Lichtenberg (1742-1799)

martes, 21 de octubre de 2008

MI MAESTRO JUAN DE MAIRENA.

"Cuando los hombres acuden a las armas, la retórica ha terminado su misión. Porque ya no se trata de convencer, sino de vencer y abatir al adversario. Sin embargo, no hay guerra sin retórica. Y lo característico de la retórica guerrera consiste en ser ella la misma para los dos beligerantes, como si ambos comulgasen en las mismas razones y hubiesen llegado a un previo acuerdo sobre las mismas verdades. De aquí deducía mi maestro la irracionalidad de la guerra, por un lado, y de la retórica, por otro."

Antonio Machado.

DEFENSORES DE LA FE.

"Durante siglos, se nos ha dicho que sin la religión no seríamos más que animales egocéntricos luchando por lo que nos corresponde, que nuestra única moral sería la de la manada de lobos; sólo la religión, se decía, puede transportarnos a un nivel espiritual más elevado. Hoy, cuando la religión aparece como fuente de una violencia exterminadora de un extremo al otro del mundo, la certeza de que los fundamentalistas cristianos, musulmanes o hindúes no se dedican a otra cosa que a abusar de los mensajes espirituales más nobles de sus respectivos credos y a pervertirlos hace que lo anterior suene cada vez más falso. ¿Qué ocurriría si restableciéramos la dignidad del ateísmo, uno de los más excelsos legados de Europa y quizás nuestra única alternativa en pro de la paz?

Hace más de un siglo, en Los hermanos Karamazov y en otras de sus obras Dostoievsky advirtió contra los riesgos del nihilismo moral ateo con el argumento esencial de que si Dios no existe, entonces todo está permitido. El filósofo francés André Glucksmann ha recurrido incluso a la crítica de Dostoievsky, al nihilismo ateo, para aplicarla a [los atentados del] 11 de septiembre de 2001, tal y como se da a entender en el título de su libro Dostoievsky en Manhattan. Pocas argumentaciones podrá haber más disparatadas: la lección del terrorismo de nuestros tiempos es que, si Dios existe, todo, sea lo que sea, incluso el hacer saltar por los aires a miles de personas inocentes, está entonces permitido, al menos para aquéllos que proclaman que actúan directamente en nombre de Dios, puesto que está claro que el hilo directo con el ser superior justifica saltar por encima de cualquier barrera o consideración puramente humanas. En pocas palabras, los fundamentalistas han terminado por no diferenciarse en nada de los comunistas estalinistas y ateos, para quienes todo estaba permitido en razón de que se consideraban a sí mismos como instrumentos directos de su divinidad: la necesidad histórica de avanzar hacia el comunismo.

Durante la Séptima Cruzada, al mando de San Luis, Yves le Breton contó que se había encontrado en cierto momento con una anciana que vagaba por las calles con un plato en su mano derecha, del que salían llamaradas, y con un cuenco lleno de agua en su mano izquierda. Al preguntarle la razón por la que llevaba las dos vasijas respondió que con las llamas iba a prender fuego al Paraíso hasta que no quedara ni rastro de él y con el agua iba a apagar las llamas del Infierno hasta que no quedara ni rastro de ellas, «porque no quiero que nadie haga el bien con el fin de ganarse la recompensa del Paraíso o por miedo al Infierno, sino sola y exclusivamente por amor a Dios». Hoy por hoy, esta actitud ética, verdaderamente cristiana, se mantiene viva principalmente en el ateísmo.

Los fundamentalistas realizan lo que ellos consideran que son buenas acciones con el fin de cumplir la voluntad de Dios y obtener la salvación; los ateos las realizan simplemente porque eso es lo que hay que hacer. ¿Acaso no es ésta nuestra experiencia más elemental de moralidad? Cuando realizo una buena acción, no la hago con las miras puestas en ganarme el favor de Dios; actúo así porque, en caso contrario, no soportaría mirarme al espejo.Por definición, una acción moral encierra en sí misma su propia recompensa. David Hume, que era creyente, insistió en este punto de un modo absolutamente conmovedor cuando escribió que la única forma de demostrar un respeto auténtico por Dios era actuar moralmente sin tener en cuenta la existencia del mismo.

Hace dos años, los europeos debatían si el preámbulo de la Constitución Europea debía mencionar el cristianismo como factor clave del patrimonio europeo. Como suele ser habitual, se llegó a una solución de compromiso, una referencia en términos generales a la «herencia religiosa» de Europa. Ahora bien, ¿dónde se ha quedado el legado más preciado de Europa, el del ateísmo? Lo que hace singular a la Europa moderna es que se trata de la primera y única civilización en la que el ateísmo es una opción plenamente legítima, no un obstáculo para cualquier cargo público.

El ateísmo es un legado europeo por el que merece la pena luchar, y entre las razones para ello no es la menor la de que genera un espacio público en el que los creyentes pueden sentirse a gusto. Véase por ejemplo el debate que se desató en Liubliana, la capital de Eslovenia, mi país de nacimiento, cuando estalló la siguiente polémica de orden constitucional: ¿debería permitirse a los musulmanes (en su inmensa mayoría, trabajadores inmigrantes llegados de las antiguas repúblicas yugoslavas) la construcción de una mezquita? Mientras que los conservadores se oponían a la mezquita por razones culturales, políticas e incluso arquitectónicas, el semanario liberal Mladina no tuvo ningún empacho, con absoluta coherencia, en defender la mezquita de acuerdo con su preocupación por los derechos de las personas procedentes de las demás ex repúblicas yugoslavas.

No resultó sorprendente, dada su tendencia liberal, que Mladina fuese también una de las escasas publicaciones eslovenas que reprodujera las tristemente célebres caricaturas de Mahoma. Pues bien, a la inversa, aquellos mismos que hicieron gala de la máxima comprensión hacia las protestas violentas que habían originado esos dibujos entre los musulmanes fueron también los que a menudo habían expresado su preocupación por el destino del cristianismo en Europa.

Estas alianzas extrañas confrontan a los musulmanes de Europa con un dilema francamente arduo: la única fuerza política que no los reduce a la condición de ciudadanos de segunda clase y que les abre un espacio a la expresión de su identidad religiosa son los liberales ateos e indiferentes a cualquier dios, mientras que aquéllos que están más próximos a sus prácticas sociales religiosas -su reflejo en el espejo-, los cristianos, son sus principales enemigos políticos. Lo paradójico es que los únicos aliados auténticos de los musulmanes no son aquéllos que publicaron en primer lugar las caricaturas por lo que tenían de impactantes, sino aquéllos que las reprodujeron en defensa del ideal de la libertad de expresión.

Mientras que un ateo auténtico no tiene necesidad alguna de reafirmar su propia posición a través de ninguna provocación a los creyentes mediante blasfemias, ese mismo ateo se niega a reducir el problema de las caricaturas de Mahoma a una cuestión de respeto a las creencias del otro. Y es que el respeto a las creencias del otro como valor máximo no puede significar más que una de estas dos cosas: o tratamos al otro con una actitud de condescendencia y evitamos herirle a fin de no echar por tierra sus ilusiones o adoptamos la actitud relativista de la multiplicidad de verdades, con lo que se descalifica, por su carácter de imposición violenta, cualquier insistencia indubitada en la verdad.

¿Qué ocurriría, sin embargo, si sometiéramos al islamismo, junto con todas las demás religiones, a un análisis crítico, respetuoso pero, por esta misma razón, no menos implacable? Este, y sólo éste, es el medio de mostrar un respeto auténtico por los musulmanes: tratarlos seriamente como adultos responsables de sus creencias."

Slavoj Zizek.

lunes, 20 de octubre de 2008

COMO LA BELLA MORBIDEZ DE TU CUERPO.

(I)
labios
beben
labios

(II)
gozosa excitación
de polvo diminuto
danzando sin luz

(III)
poema mínimo
cristal
irreductible

(IV)
princesa blanca de la noche
dura sal de flor desnuda
nieve de un largo invierno
sin final

(V)
transitan paisajes
efímeras sombras
que pierden los crepúsculos

domingo, 19 de octubre de 2008

VERME MORIR ENTRE MEMORIAS TRISTES.

La escritura misma se ha convertido en el arma que los espíritus usan para atravesar al escribiente. El proceso se repite ad infinitum para aquel que se reconoce incapaz para todo, excepto para el dolor. Cada vez más miedo de escribir cosas: el temor es la desdicha.

martes, 14 de octubre de 2008

HUYE DEL TRISTE AMOR, AMOR PACATO...

Huye del triste amor, amor pacato,
sin peligro, sin venda ni aventura,
que espera del amor prenda segura,
porque en amor locura es lo sensato.

Ese que el pecho esquiva al niño ciego
y blasfemó del fuego de la vida,
de una brasa pensada, y no encendida,
quiere ceniza que le guarde el fuego.

Y ceniza hallará, no de su llama,
cuando descubra el torpe desvarío
que pedía, sin flor, fruto en la rama.

Con negra llave el aposento frío
de su tiempo abrirá. ¡Despierta cama,
y turbio espejo y corazón vacío!

Antonio Machado.

viernes, 10 de octubre de 2008

LOS GIRASOLES CIEGOS.

"Elena ha muerto durante el parto. No he sido capaz de mantenerla a este lado de la vida. Sorprendentemente el niño está vivo.
Ahí está, desmadejado y convulsivo sobre un lienzo limpio al lado de su madre muerta. Y yo no sé qué hacer. No me atrevo a tocarlo. Seguramente le dejaré morir junto a su madre, que sabrá cuidar de un alma niña y le enseñará a reír, si es que hay un sitio para que las almas rían. Ya no huiremos a Francia. Sin Elena no quiero llegar hasta el fin del camino. Sin Elena no hay camino.
¿Cómo se corrige el error de estar vivo? ¡He visto muchos muertos pero no he aprendido cómo se muere uno!
[...]
No aprendí a sortear la pena y la pena me ha amputado a Elena con su dalle. Además yo sólo sé escribir y contar cuentos. Nadie me enseñó a hablar estando solo ni nadie me enseñó a proteger la vida de la muerte. Escribo porque no quiero recordar cómo se reza ni cómo se maldice."

Alberto Méndez (1941-2004)

martes, 7 de octubre de 2008

ELOGIO DEL ATEÍSMO.

"La fe en Dios no se adquiere ni se abandona a base de argumentaciones lógicas. Es el resultado de las primeras fases del aprendizaje social, en el hogar familiar y en la escuela. Si al individuo le fuera propuesta la fe en los dogmas ya alcanzada la edad adulta, el gran repertorio mitológico y legendario no tendría posibilidad significativa de recibir adhesión de fe por mentes normalmente constituidas. La inverosimilitud de estas proposiciones y sus enormes contradicciones lógicas, conducirían a su rechazo en la inmensa mayoría de los casos. La fe se adquiere en el seno de una tradición en la infancia de la vida. La fe suele abandonarse posteriormente a través de procesos complejos que requieren una fuerte inversión de esfuerzo intelectual. Esto es bien conocido por las iglesias y por ello obstaculizan por todos los medios la información y el debate intelectual sobre el origen y fundamento racional de sus credos. La sinceridad con uno mismo, inteligencia e información son los principales requerimientos para liberarnos de los grilletes de la fe. Los credos contienen un número tal de fantasías, ilusiones infantiles e incongruencias que las teologías de las religiones reveladas suelen atribuir la fe al privilegio personal de una gracia o don divino. El niño admite complacientemente una fe tan gratificante que no es probable que esté dispuesto a perderla en el resto de su vida. La persona madura que desconoce las tradiciones juzga la fe como un deseo pueril si no como una broma de mal gusto. Pasando del plano de la catequesis popular al de la teología “ilustrada”, contemplamos que los teólogos con un mínimo de decencia intelectual ya han abandonado toda pretensión de demostrar mediante argumentaciones racionales la existencia de Dios. La noción de Dios es una simple extrapolación hasta el infinito del conjunto de atributos humanos. Esta concepción estalla inevitablemente en una multitud de contradicciones lógicas que arruinan la noción de Dios. Aunque ya se haya dejado de lado la figura antropomórfica (las barbas blancas, etc.), la misma noción de Dios está totalmente impregnada de proyecciones antropomórficas.

El creyente, emplazado a asumir la prueba de sus afirmaciones respecto de la noción de Dios, termina por desistir ante esto eludiendo el reto; pero al mismo tiempo exclama lleno de júbilo que el increyente tampoco puede demostrar su negación. De todas maneras no se puede afirmar que dichas posturas sean similares. El creyente propone un concepto de Dios que sólo es una arbitraria especulación sin ningún tipo de referente existencial, y por ello mismo no la puede probar. Si se actúa de buena fe, nadie puede afirmar algo que se sabe que por definición es inidentificable, para solicitar a continuación que su oponente pruebe que no existe. Un enunciado sólo es refutable cuando recae sobre algo respecto de lo cual resulta en principio posible su negación mediante la constatación de hechos intersubjetivamente observables. Sabemos que no existen mundos de hadas, pero nos es imposible probarlo. Dios y las hadas pertenecen a un universo mental del cual puede decirse lo que se quiera, ya que nada puede refutarse. Incluso en el terreno de lo empírico los juicios negativos de existencia son indemostrables."

Gonzalo Puente Ojea.

lunes, 6 de octubre de 2008

EL SENTIDO DE LA VIDA.

"La vida es una sombra errante, un pobre cómico que se pavonea ansioso de no dejarse escapar su fugaz turno en escena, sin que tras ello se oiga nada más. Es un cuento contado por un idiota, lleno de zumbido y furor, que nada significa."

William Shakespeare (1564-1616)

jueves, 2 de octubre de 2008

FERLOSIO: "ODIO A ESPAÑA DESDE SIEMPRE".

El escritor Rafael Sánchez Ferlosio ha asegurado este martes que odia a España "desde siempre", en parte por la excesiva atención que se le presta a los deportes, como se ha podido comprobar en los recientes Juegos Olímpicos, y en parte porque le "carga esto de la patria". "El concepto de patria es el más venenoso de los conceptos", decía hoy Sánchez Ferlosio al presentar, en un encuentro con la prensa, su nuevo ensayo God & Gun. Apuntes de polemología, un conjunto de reflexiones sobre la historia, la guerra, la religión, el derecho y el fanatismo.
Este escritor que, en palabras de Miguel Delibes, "es el hombre más importante de nuestra literatura", se mostraba hoy tímido, dicharachero y feliz, acompañado por su mujer, Demetria Chamorro; su hija Lucía y su pequeña nieta Laura, que a sus tres años no entendía muy bien las palabras del abuelo y reclamaba constantemente su atención. El expresivo título del libro le parece a Sánchez Ferlosio "un lema ideal para un escudo de Estados Unidos", y lo sacó de una frase que Barack Obama, candidato demócrata a la presidencia de ese país, "dijo de algún estado norteamericano que, deprimido y aburrido por la recesión y por el paro, se había abandonado al culto de Dios y al culto de las armas".

Este ensayo, que comenzó hace diez años como respuesta a unas observaciones de Fernando Savater, ha sido escrito "con inconsciencia y espontaneidad", a base de que, como dice el refrán, "si sale con barba San Antón y, si no, la Purísima Concepción", afirmaba el autor al presentar su obra. Y ha sido escrito, además, "sin propósito de método ni autoanálisis, ni pretensión de que hubiese armazón teórica", señalaba Sánchez Ferlosio.

El libro, publicado por Destino, lleva en la portada una fotografía de un auriga dorado, que el autor calificó de "obscena y abominable" y atribuyó este "gusto desaforadamente kitsch, inspirado en el actor Charlton Heston y la película Ben-Hur", a la absorción de "la primitiva Destino" por el grupo editorial Planeta. Los temas que el autor de El Jarama, obra imprescindible de la literatura de posguerra, trata en su nuevo libro dieron pie a las preguntas más diversas. Sánchez Ferlosio (Roma, 1927) respondía de forma lacónica, pero casi siempre con humor. Así, dejó claro que "una de sus grandes fobias es el deporte", aunque de joven le gustaba patinar y cazar. "Fui también aficionado a los toros, pero desde que odio a España, me he tenido que quitar de ellos".

Y cuando se le pregunta por los motivos de ese odio, se limita a decir que "los porqués son muchos". Enseguida lo relaciona con "las Olimpiadas" y se da cuenta entonces de que su odio tendría que "compartirlo con otras naciones". "Como soy medio italiano, creo que si viviese en Italia la odiaría quizá más". No sabe si, como le pasaba a Unamuno, le duele España, aunque no se debe encontrar mal del todo en este país porque viaja "muy poco" y no se iría "nunca al extranjero". El título del libro se lo inspiró Obama, pero el autor de Alfanhui y otros cuentos no cree que vaya a cambiar mucho la situación en Estados Unidos si gana él las elecciones generales, sobre todo en lo relacionado con la "política exterior".

Sí cree, sin embargo, que si gana McCain, candidato republicano, "es probable" que Estados Unidos promueva una intervención militar en Irán. Las reflexiones sobre la guerra, "la desgracia de la Historia", son una constante en los ensayos de Sánchez Ferlosio, a quien no le gustan las expresiones de "guerra justa o injusta", y se preguntaba si se puede hablar de lo primero tan sólo por el hecho de que "lo consientan una mayoría de naciones".
Fernando Savater está en el origen de este libro, y hoy Sánchez Ferlosio decía que el filósofo "era muy trabajador e inteligente, pero ahora está demasiado entregado a la actualidad". Galardonado con el Premio Cervantes, Sánchez Ferlosio tiene ya entre manos otro ensayo y no siente tentaciones de volver a la novela. "Tengo una pereza horrible y una lentitud tremenda", aseguraba.

El País, 30 de septiembre de 2008.

EMBRIAGAOS.

"Hay que estar siempre ebrio. Todo consiste en eso: es el único problema. Para no sentir el horrible paso del Tiempo que quiebra nuestros hombros y nos curva hacia la tierra, tenéis que embriagaros sin tregua.
Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como gustéis. Pero embriagaos.
Y si alguna vez, en las escalinatas de un palacio, en la hierba verde de una cuneta, en la soledad sombría de vuestra habitación, os despertáis, con la embriaguez disminuida ya o desaparecida, preguntad al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntádle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, os respenderán: ¡Es hora de embriagarse! Para no ser esclavos martirizados del Tiempo, ¡embriagaos sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como gustéis."

Charles Baudelaire (1821-1867)