miércoles, 29 de octubre de 2008

RUINAS.

Tengo la memoria llena de ruinas poéticas, versos sueltos o salteados, poemas de los que sólo sobrevive alguna estrofa, y a veces tan sólo una aliteración o una metáfora.
Se borran los poemas en la página, se desintegra el autor, las citas son de nadie, a la extrañeza el verso deslumbrante crece entre secreciones, el pus y las escamas, quizás para que nadie pueda jugar a las casitas con sus poemas, para que nadie los utilice y diga: Mirad, por aquí se entra a un mundo superior.
No hay asilo ni literatura, no hay infancia ni poesía, ni locura ni amor. Y entonces urge despertar.

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