domingo, 27 de abril de 2008

JARDÍN DE FLORES CURIOSAS (VII)

Como Pericles había descuidado últimamente su amistad con Anaxágoras, éste decidió envolverse en su manta y dejarse morir de viejo. Cuando Pericles se enteró acudió a verlo lleno de sobresalto y le rogó de mil maneras que no lo hiciera, porque quien más lástima le daría no sería Anaxágoras, sino él mismo, por perder tan excelente amigo y consejero político. Anaxágoras se destapó y le dijo: "Pericles, los que necesitan lámpara le echan aceite".

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