Las drogas lo que hacen es inducir modificaciones químicas que también pueden inducir la soledad, el silencio, la abstinencia, el dolor, el miedo. Químicamente no se puede distinguir a una persona bajo los efectos de una droga, que bajo los efectos del yoga por ejemplo. Químicamente no somos más que un conjunto de reacciones. Lo que pasa es que la sociedad, te dice que, aunque químicamente seas igual, ese ha llegado por el camino bueno y ese por la vía de atrás. La droga más fuerte y más adictiva es dividir lo uno en dos y así provocar su unión. Es decir la droga, más potente e irresistible es el sexo. Si no se hubiesen descubierto los alcaloides, es decir, si las plantas no hubiesen desarrollado defensas contra depredadores de gran tamaño; se hubiesen creado unas defensas ante el segundo impulso, (o el primero), el sexo, que no conocemos, no existen (ej. penes con ácido sulfúrico, vaginas dentadas...) Una frase en tu libro: La verdad se defiende sola, la mentira necesita ayuda del gobierno. Ejemplo: La mentira como modelo: "Las brujas se suben por la noche a unos palos de escoba y viajan a gran velocidad a cualquier lugar que deseen llegar". Su correlato moderno. "Nuestros hijos y nuestras hijas son inocentes, pero vieron pasar unos polvos de algo y sin querer quedaron inmediatamente enganchados". Otro ej.: "Los hombres y las mujeres tienen una vocación natural y protegida por la sociedad a la libertad y autonomía, la iniciativa propia. Sin embargo, es necesario que una clase política gobierne permanentemente a todas las sociedades". Lo que se prohibe y se reprime ¿se expande? Lo que se prohibe cobra un valor, de autorrealización personal. La dignidad humana es su libertad y cada vez que algo te lo prohiben y tú no lo cumples estas haciendo un plus de libertad. Esa es la fascinación de lo prohibido. Es lo que se puede llamar la promoción indirecta.
Antonio Escohotado.
miércoles, 28 de octubre de 2009
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