"Soy arrogante, negativo, introvertido, sutil, feliz [...].
Siento, en primer lugar, que esa arrogancia mía se concilia con cuanto me rodea, me abandona. Soy menos amable, menos ingenioso. Me siento vacío y trabajo por desesperación. Mi comportamiento social se resiente. Sufro una derrota. En comparación con cualquier otra persona me siento estúpido. Me comporto de manera extraordinariamente torpe, no soy capaz de responder a una ofensa de forma adecuada.
Unas pocas horas más tarde, vuelvo a ser arrogante, negativo, introvertido, sutil, feliz."
Robert Musil.
martes, 30 de noviembre de 2010
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