domingo, 3 de febrero de 2008

EL PROFESOR GUSTAVO BUENO.

El profesor Bueno siempre ha estado donde estaba, en la crítica dialéctica de los mitos oscurantistas, de los monismos y armonismos políticos sin sentido, en la trituración de los conceptos y argumentos sin fundamento o mal fundamentados, en la criba de las realidades contradictorias que nos salen al paso, en la pulverización de las ideologías engañosas, torticeras y perniciosas en sus desarrollos.
El profesor Bueno no se ha cansado de decir que muchas de las tesis que han conformado la praxis del socialismo-comunismo necesariamente debían ser puestas en tela de juicio y darles una vuelta del revés (al modo como Marx había hecho con Hegel), y, en consecuencia, la obra del profesor Bueno puede considerarse, en muy buena medida, en este sentido.
¿A qué se han dedicado las fuerzas políticas del socialismo-comunismo? ¿Han intentando darle a dichas tesis alguna vuelta de calcetín? ¿Han aprovechado, siquiera a título de sugerencia, las indicaciones que al respecto señalaba el profesor Bueno en sus escritos? Nada de eso. En vez de tratar de darle la vuelta a los calcetines, lo que han hecho es seguir usándolos de igual modo, un día tras otro, poniendo algún remiendo ridículo en los dedos gordos de sus flagrantes contradicciones, pidiendo mucha tolerancia por el mal olor político que despiden, y dentro de un zapato que sólo Alicia en el país de la maravillas se atrevería a usar.

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