"[...] los ferlosianos somos una secta y nos reconocemos bien por un guiño o parpadeo peculiares. [...] Los intereses gramaticales, lo que le agrada más que lingüísticos, del bachiller Sánchez Ferlosio, título que también le suele gustar y usa, le llevaron a largos años de estudio, especulación y redacción de textos, muestra de los cuales fueron los dos compactos tomos de Las semanas del jardín, que vieron la luz, pese a resistencias ferlosianas, gracias a Marta, su querida hija.
[...] Para Ferlosio, la ecuación coherencia y rigor lógico-lingüístico más documentación e información bastante, igual a decoro intelectual, político y ético, es innegociable a la baja. Todo lo cual, en mi estima, convierte a este escritor en nuestro máximo moralista vivo -tal como la moral se entiende en la literatura de Francia- sin dejar de ser el prosista español más alto y potente.
[...] Sus interlocutores, más que maestros del puro narrar -que también, ahí están Cervantes o Kafka-, han sido los grandes cronistas e historiadores de nuestra edad clásica, los moralistas del pasado, Plutarco y Montaigne. Y entre sus contemporáneos, coetáneos y amigos, Víctor Sánchez de Zavala y Agustín García Calvo, gramáticos como él mismo, con alma y temperatura."
Antonio Martínez Sarrión.
martes, 25 de agosto de 2009
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