jueves, 1 de septiembre de 2011

EN LA CALLE MORGUE.

"Nuestro aislamiento era perfecto. No admitíamos visitantes [...]. Sólo vivíamos para nosotros.
[...] A las primeras luces del alba, cerrábamos las pesadas persianas de nuestra vieja casa y encendíamos un par de bujías que, fuertemente perfumadas, sólo lanzaban débiles y mortecinos rayos. Con ayuda de ellas ocupábamos nuestros espíritus en soñar, leyendo, escribiendo o conversando, hasta que el reloj nos advertía la llegada de la verdadera oscuridad."


Edgar Allan Poe (1809-1849).

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