viernes, 4 de noviembre de 2011

AUTO-ORGANIZACIÓN EN FASE DE DESEQUILIBRIO.

"Prácticamente todos los días -durante cerca de dos años- inhalé cocaína bastante pura, en cantidades muy rara vez superiores al medio gramo. La dosis cotidiana habitual -distribuida en cinco o siete tomas- venía a ser unos 250 miligramos. No observé insensibilidad a los efectos estimulantes, y el fármaco me resultó útil durante algunos meses para trabajos arduos del momento, como editar los Principios de Isaac Newton. Noté, en cambio, una propensión -no muy marcada- al insomnio y la irritabilidad. Sin embargo, al reconvertir el uso crónico en ocasional descubrí que: a) había olvidado el efecto eufórico posible de la droga, hasta el extremo de confundirlo con sensaciones bastante menos sutiles e intensas; b) me dejaba llevar por estímulos ridículos o incompatibles con mi propia idea del mundo, generalmente ligados a un complejo de autoimportancia. En otras palabras, la cronicidad debilitó ante todo el sentido crítico, la lucidez."

Antonio Escohotado.

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