martes, 27 de mayo de 2008

LA CASA DE LAS FÁBULAS.

Vasos vacíos, cigarrillos últimos
a la pálida luz de la mañana.
La vida como es, superponiendo
planos de destrucción, rebuscadísima
y sencilla a la vez, inasequible
al desaliento. Búscame, princesa
de la desolación, en estos páramos
de insomne polvo blanco, en la minúscula
piscina de la casa de las fábulas.

Luis Alberto de Cuenca.

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