Al alcohol
Quién grita, vengativo, en el palacio sin nombre,
quién grita, quién me fuerza a vivir con su
látigo restallando a diario en mi espalda,
quién sino esta
tentación perpetua al... dolor de la nada,
de esta muerte que invita, esta
obsesión perpetua de sufrir por nada, por
lo que no vale, y lo que no es
esta muerte, y este
dulce dolor para nadie y para todos,
este dulce dolor como un pecado.
Leopoldo María Panero.
lunes, 5 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario