lunes, 30 de junio de 2008

FÚTBOL, FÚTBOL, FÚTBOL...

Borges afirmaba que “el fútbol es popular porque la estupidez es popular”. Y es que para el escritor argentino el fútbol era un deporte estéticamente feo: “Once jugadores contra otros once corriendo detrás de una pelota no son especialmente hermosos”. También llegó a decir que el fútbol era fundamentalmente agresivo, desagradable y comercial. “La idea de que haya uno que gane y que el otro pierda me parece esencialmente desagradable. Hay una idea de supremacía, de poder, que me parece horrible”. Pero Borges no se detuvo en la critica a este deporte, además fue feroz con su afición a la que calificaba de hipócrita, y es que según Borges “el fútbol en si no le interesa a nadie. Nunca la gente dice que linda tarde pase, que lindo partido vi, claro que perdió mi equipo. No lo dice porque lo único que le interesa es el resultado final. No disfruta del juego”. Sobre las implicaciones políticas del fútbol Borges era implacable. Decía: “El fútbol despierta las peores pasiones. Despierta sobre todo lo que es peor en estos tiempos, que es el nacionalismo referido al deporte, por que la gente cree que va a ver un deporte, pero no es así”. Y cerraba el desfile de agravios contra el fútbol, acusando a sus creadores, los ingleses, a quienes acusaba de “haber llenado el mundo de juegos estúpidos, deportes puramente físicos. Como el fútbol, que es uno de los mayores crímenes de Inglaterra”.

domingo, 29 de junio de 2008

PIENSO EN TU SEXO.

Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón de dicha, está en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
degenerado en seso.

Pienso en tu sexo, surco más prolífico
y armonioso que el vientre de la sombra,
aunque la muerte concibe y pare
de Dios mismo.
Oh Conciencia,
pienso, si, en el bruto libre
que goza donde quiere, donde puede.

Oh escándalo de miel de los crepúsculos.
Oh estruendo mudo.

¡Odumodneurtse!

César Vallejo.

miércoles, 25 de junio de 2008

DELIBES SOBRE FERLOSIO.

-¿Qué supone para Miguel Delibes haber contribuido a que Rafael Sánchez Ferlosio, el «inmortal», como usted le define, retome su camino literario y regrese, en un eterno retorno nietzscheano, a la narrativa?
-Si las cosas son así me conmueven, demuestran que además de sus muchas virtudes, Ferlosio tiene una delicada sensibilidad. Me acordaré de Vergés -que tanto le admiraba también- cuando lea «Carta de provincias» y su dedicatoria. Me alegraré de haber tenido la fuerza que no tuvo nuestro editor para hacerle volver, siquiera por un día, a la narrativa. Si así fuera me sentiría enormemente feliz. También Carmiña se alegrará, allí donde esté.
-El relato, «Carta de provincias», está dedicado a Miguel Delibes. ¿Le emociona esa dedicatoria?
-¿Cómo no, si para mí es el mejor?
-Ferlosio será siempre Ferlosio. Es decir, un hombre que «haga lo que haga lo hará siempre a su aire», como usted ha escrito. ¿Qué destacaría del carácter humano y literario de Rafael Sánchez Ferlosio?
-Con su oído prodigioso, su personalidad. Humana y literariamente Rafael es un hombre distinto.
-Miguel Delibes es un hombre radicalmente humilde. ¿El escritor Delibes también lo es?
-No pretendo ser humilde. Si me esfuerzo en algo es en ser justo. Y Delibes, hombre y escritor, dentro de un baremo de méritos, considera que Sánchez Ferlosio es el primero.
-A pesar de los intereses enfrentados del mundo literario, usted siempre ha tratado con una extraordinaria generosidad, imparcialidad y buena voluntad a sus compañeros de viaje literario. ¿Ha recibido la misma generosidad?
-A veces. Otras no. Pero estas cosas no importan. No me sorprende una coz respondiendo a una caricia. Es un problema de orgullo y sensibilidad.
-¿Qué representa para la literatura española el regreso de Sánchez Ferlosio, aunque sólo sea a través del relato «Carta de provincias»?
-Un acontecimiento literario.
-¿Cómo animaría usted a Rafael Sánchez Ferlosio para que continuara escribiendo relatos o incluso novela en pleno siglo XXI?
-Es muy difícil. Josep Vergés y yo ya conspiramos para conseguirlo inútilmente. Únicamente me queda por decirle que una novela suya en este momento podría confirmar el puesto de número uno que yo le asigné a mitad de siglo. Por menos está Rulfo en la cumbre mejicana.
-Escribe usted que «Ferlosio, en cualquier circunstancia, se mostrará indiferente a las seducciones del tópico y la uniformidad». Sin embargo, hay muchos escritores que hacen del tópico su lugar común literario. ¿Cómo se debe huir del tópico?
-El escritor inteligente huye instintivamente del tópico. Es como el perro de caza ante las víboras: levanta la cabeza de golpe. Hay que hacerse a la idea de que Ferlosio es un escritor distinto.
-¿Cree que el arraigo, patente en sus propios libros, le ha ayudado a usted a crear con singularidad?
-No lo sé.
-¿Que consigue el escritor cuando, como dice usted de Ferlosio, «desdeña también la rutina y las convenciones sociales»?
-Diferenciarse, eso consigue. Ser un narrador original y distinto.
-¿Cómo entiende usted que un hombre tan bien dotado, con unas cualidades excepcionales para el menester literario como Rafael Sánchez Ferlosio, pudiera abandonar espontáneamente la partida literaria desde que alcanzó el premio Nadal con El Jarama?, aunque después haya tenido incursiones con algún relato y Testimonio de Yarfoz?
-A mí no se me alcanza. Yo tiré para adelante con lo que tenía y no me hice preguntas. Su mujer, Carmen Martín Gaite, una chica inteligente, hizo lo mismo. Ferlosio sin duda se sintió sobrado y eligió. Deshojó la margarita antes de proseguir.
-¿El verdadero talento, el auténtico genio encubre casi inevitablemente excentricidades?
-Sin duda. Aunque si son demasiado llamativas se nota el artificio.
-Ferlosio dijo que no le interesaba la novela porque lo consideraba un «quehacer poco serio». Pero usted, por encima de la gracia narrativa, de la capacidad fabuladora y de las dotes de observador de Ferlosio coloca su sentido del humor. ¿Considera que detrás de toda visión crítica hay una cierta ironía?, y hago extensiva esta pregunta a su propia literatura.
-El sentido del humor puede ser fino o grueso. Para crear no vale cualquiera. El grueso me repugna. El sentido del humor de Ferlosio es sutilísimo, quizá su cualidad más eficaz. La creación de tipos, los diálogos, el planteamiento de escenas son únicos, de una gracia narrativa sin par. Si detrás de todo el edificio no hubiera un rastro de ironía, la obra, para mí, se caería o perdería un cincuenta por ciento de su valor.
-¿La ternura es una de los aspectos que le confiere ese carácter, esa personalidad, a Ferlosio?
-¿Quién lo duda?
-¿El escritor, parafraseando a Herman Hesse, sigue siendo un «lobo estepario» solitario o necesita de los grupos generacionales para darse a conocer ante el público?
-Eso va con el creador. Los hay que anteponen la soledad al rebaño.
-Su obra, don Miguel, contiene una indiscutible e imprescindible valía moral, un clarísimo mensaje moral unido a una lectura estética. ¿En estos tiempos que corren, el sentido ético del ser humano ha tocado fondo?
-No sé si habrá tocado fondo pues lo veo perder decencia cada día. Lo único que puedo decir es que los niveles son muy bajos.
-¿Qué considera deseable o útil para mejorar ese nivel moral o crítico e incluso la educación?
-La educación, la educación, la educación. Incluso la educación del gusto. Tal vez esta sea la primera exigencia.

lunes, 23 de junio de 2008

NO TE AMO.

No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan eñ fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.

Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,

Sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

Pablo Neruda (1904-1973)

domingo, 22 de junio de 2008

EL CIELO AZUL.

Yo os quiero confesar, don Juan, primero,
que ese blanco y carmín de doña Elvira
no tiene de ella más, si bien se mira,
que el haberle costado su dinero.

Pero también que confeséis yo quiero
que es tanta la beldad de su mentira,
que en vano a competir con ella aspira
belleza igual en rostro verdadero.

¿Qué, pues, que yo mucho perdido ande
por un engaño tal, ya que sabemos
que nos engaña igual Naturaleza?

Porque ese cielo azul que todos vemos
ni es cielo ni es azul; ¿y es menos grande,
por no ser realidad, tanta belleza?

De uno de los Argensola.

viernes, 20 de junio de 2008

ULTRAJE A LA PAELLA.

"Con esta peste catastrófica de las autonomías, las identidades, las peculiaridades distintivas, las conciencias históricas y los patrimonios culturales, la inteligencia de los españoles va degradándose a ojos vista y se la ve ya acercarse peligrosamente a los mismos umbrales de la oligofrenia."

Rafael Sánchez Ferlosio.

domingo, 15 de junio de 2008

BUENO Y LA DEMOCRACIA.

Realmente, la crítica de Bueno parte del sentido etimológico (en tanto gobierno de todos) que suele darse al término, inviable desde sus coordenadas. La organización siempre la ejerce una parte del todo, por lo tanto la clave de la democracia habrá que ponerse en otro lugar, lo que por otra parte está comúnmente admitido: en el consenso según el cual se acepta que el principio de la mayoría se entiende como el gobierno de todos. La paradoja que inmediatamente denuncia Bueno es que aunque los acuerdos siempre implican un consenso, la reciproca no es cierta, por lo que ya tendríamos una primera inconsistencia de la idea. Su crítica pasa entonces a mayores, tildando de fundamentalistas todas las concepciones que presuponen que la democracia es la primera forma o bien la forma definitiva de gobierno, y se mueven en la constelación de ideas que gravitan en torno a la ideología del Estado de derecho descrita, como idea constitutiva del Estado. Frente a los discursos metafísicos, Bueno ofrece un tratamiento histórico de la democracia que encuentra su clave en el gradual establecimiento de la libertad de elección, paralela a la organización de sociedades de mercado. Aquí es cuando cabe ver en Bueno un teórico de la democracia próximo a Schumpeter o Lipset. Pero también de quienes entienden la democracia al modo de una poliarquía, tal y como la esbozó Robert Dahl (cargos electivos para controlar las decisiones políticas, elecciones libres y periódicas, sufragio universal, posibilidad de ocupar cargos públicos en el gobierno, libertad de expresión).

AUTOBIOGRAFÍA.

Muy metódico en el trabajo, obsesivo, pero luego quizás dado peligrosamente a la fiesta y a compartir con los amigos. Tengo que cuidarme para no caer en la embriaguez y no perder los papeles. Por ejemplo, con las drogas nunca he tenido un peligro grave, pero con el alcohol soy de cultura totalmente mediterránea y soy un bebedor social. En cuanto me animo con alguien me cuesta frenarme y eso es algo que llevo años decidido a frenar, porque no quiero que me quite las energías que van quedando cuando uno envejece.

EVOLUCIÓN.

"He recapitulado ahora los hechos y consideraciones que me han convencido por completo de que las especies se han modificado durante una larga serie de generaciones. Esto se ha efectuado principalmente por la selección natural de numerosas variaciones sucesivas, pequeñas y favorables, auxiliada de modo importante por los efectos hereditarios del uso y desuso de las partes, y de un modo accesorio -esto es, en relación a las conformaciones de adaptación, pasadas o presentes- por la acción directa de las condiciones externas y por variaciones que, dentro de nuestra ignorancia, nos parece que surgen espontáneamente. Parece que anteriormente rebajé el valor y la frecuencia de estas últimas formas de variación, en cuanto que llevan a modificaciones permanentes de conformación, con independencia de la selección natural. Y como mis conclusiones han sido recientemente muy tergiversadas y se ha afirmado que atribuyo la modificación de las especies exclusivamente a la selección natural, se me permitirá hacer observar que en la primera edición de esta obra y en las siguientes he puesto en lugar bien visible -o sea al final de la Introducción- las siguientes palabras: «Estoy convencido de que la selección natural ha sido el modo principal, pero no el único, de modificación». Esto no ha sido de utilidad ninguna. Grande es la fuerza de la tergiversación continua; pero la historia de la Ciencia muestra que, afortunadamente, esta fuerza no perdura mucho."

Charles Darwin (1809-1882)

sábado, 14 de junio de 2008

MÁS DE LO MISMO.

"¿Somos -diré- tan descuidados (o tan inorantes) que dexamos perderse aqueste raro tesoro que poseemos? Gastamos inmensas riquezas en labrar edificios, en plantar jardines, en ataviar los trages, i, no contentos con estos deleites permitidos a gente vencedora, cargamos las mesas de frutas i viandas tan dañosas a la salud cuan varias i desconocidas; inventamos estos i otros regalos de escusados entretenimientos engañados con una falsa apariencia de esplendor i no ai quien se condolesca de ver la hermosura de nuestra plática tan descompuesta i mal parada, como si ella fuesse tan fea que no mereciesse más precioso ornamento o nosotros tan bárbaros que no supiéssemos vestilla del que merece."

Francisco de Medina (1544-1615)

ROMANCE DE ABENÁMAR.

—¡Abenámar, Abenámar, moro de la morería,
el día que tú naciste grandes señales había!
Estaba la mar en calma, la luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace no debe decir mentira.

Allí respondiera el moro, bien oiréis lo que diría:
—Yo te lo diré, señor, aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho mi madre me lo decía
que mentira no dijese, que era grande villanía:
por tanto, pregunta, rey, que la verdad te diría.
—Yo te agradezco, Abenámar, aquesa tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos? ¡Altos son y relucían!

—El Alhambra era, señor, y la otra la mezquita,
los otros los Alixares, labrados a maravilla.
El moro que los labraba cien doblas ganaba al día,
y el día que no los labra, otras tantas se perdía.
El otro es Generalife, huerta que par no tenía;
el otro Torres Bermejas, castillo de gran valía.
Allí habló el rey don Juan, bien oiréis lo que decía:
—Si tú quisieses, Granada, contigo me casaría;
daréte en arras y dote a Córdoba y a Sevilla.
—Casada soy, rey don Juan, casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene muy grande bien me quería.

viernes, 13 de junio de 2008

LA LLUVIA AMARILLA.

"Fue el principio del fin, la iniciación del largo e interminable adiós en que a partir de entonces, se convirtió mi vida. Como la luz del sol, cuando se abre una ventana después de muchos años, rasga la oscuridad y desentierra bajo el polvo objetos y pasiones ya olvidados, la soledad entró en mi corazón e iluminó con fuerza cada rincón y cada cavidad de mi memoria."

Julio Llamazares.

jueves, 12 de junio de 2008

JARDÍN DE FLORES CURIOSAS (VIII)

El día 22 de abril de 1616, en una casa de la calle de León, moría en Madrid Miguel de Cervantes, un año después de la publicación de la segunda parte del Quijote y sólo unos meses antes de la aparición póstuma del Persiles, cuyo famoso prólogo, tan comentado por la crítica, recoge su despedida, no sabemos si real o simbólica, del mundo: "¡Adiós, gracias; adiós, donaires; adiós, regocijados amigos! Que yo me voy muriendo y deseando veros presto contentos en la otra vida".
En aquella España de los albores del siglo XVII, abocada ya a una lenta pero sostenida declinación política y militar, la figura de Cervantes, después de tantos contratiempos y tantas frustraciones biográficas como hubo de padecer, se estaba consolidando como la de un escritor que empezaba a gozar ya de cierta fama y reconocimiento gracias sobre todo al éxito del Quijote, cuya segunda parte, tras la aviesa intromisión de Avellaneda, había sido esperada con fruición por los numerosos lectores de la primera. Su muerte no hizo sino acrecentar ese incipiente éxito de público conseguido en los últimos años de su vida después de penalidades sin cuento y no pocos sinsabores que al fin comenzaban a ser recompensados, haciendo así relativa justicia a quien sin duda había sido merecedor de más alta estima social y literaria.
En efecto, a pesar de la conocida afirmación de Azorín de que "el Quijote ni fue estimado ni comprendido por los contemporáneos de Cervantes", lo cierto es que el libro había suscitado entre los doctos de su tiempo un evidente interés, provocado por su condición de obra de risa y entretenimiento, muestra valiosa del ingenio y la inventiva de su autor, quien desde la publicación de la segunda parte quedó consagrado en la historia de la literatura española como uno de los más originales creadores de obras de ficción. Los lectores españoles de la época no apreciaron obviamente en la novela la trascendencia ideológica y estética que con posterioridad se le ha reconocido, pero vieron en ella un motivo para el regocijo y la diversión, una obra de humor y de risa ubicada en el ámbito de la llamada literatura de "ingenio" del Barroco. La fama de Cervantes se acrecentó y consolidó notablemente en la época ilustrada, en la que el Quijote fue valorado sobre todo como un libro de intención satírico-moral , valoración muy acorde con el perfil didáctico de la cultura del siglo XVIII. A mediados del siglo XIX los románticos lo verán ya como un monumento literario a la imaginación y un genial exponente de la oposición entre lo real y lo ideal. Más tarde será apreciado como expresión simbólica de una nueva visión del mundo y del hombre, que se hace patente sobre todo en el interés que por Cervantes sintieron los escritores de las generaciones del 98 y del 14, quienes desde el ensayo literario y filosófico o desde la crítica universitaria escribieron textos angulares sobre la obra cervantina y contribuyeron a su lectura y consagración en una medida antes impensable. Posiblemente no pueda hallarse en el curso histórico de los estudios cervantinos un momento de tanta brillantez como fue esa primera mitad del siglo XX, en la que vieron la luz trabajos tan decisivos como Vida de Don Quijote y Sancho (1905), de Miguel de Unamuno, La ruta de Don Quijote ( 1905 ), de Azorín, Meditaciones del Quijote ( 1914), de Ortega y Gasset, El pensamiento de Cervantes ( 1925), de Américo Castro, o la Guía del lector de Cervantes (1926), de Salvador de Madariaga. A partir de ellos Cervantes fue reinterpretado en clave intelectual no como el "ingenio lego" del que hasta entonces se venía hablando sino como un auténtico "ingenio docto", reflexivo e innovador, disidente y crítico con el sistema oficial de valores vigente en la España que le tocó vivir. Por las mismas razones, el Quijote comenzó a ser leído como la creación de un genio que se anticipó a su época con el hallazgo de una fórmula literaria que desde el feliz empleo del humor y de la ironía encara lúcidamente el problema esencial del relativismo humano y la ambigüedad de lo real.

DISCURSO SOBRE LA LENGUA CASTELLANA.

"Triste cosa es verdaderamente, que se tenga ya por vano el cuydado que alguno pone en hablar nuestra lengua con más acertamiento que los otros [...] nuestros espoñoles afean esta diligencia y desseo de bien hablar en los que lo sienten, llamándolos affectados [...]. No niego yo que no ay muchos entre nuestros naturales para quien es aún poca pena la injuria destos apellidos, según lo mucho que pecan en usar vocablos estraños, y en nuevas maneras de dezir que pocos entienden, solo con gana de no parecer a los otros, y no con desseo de hablar lo mismo que ellos con más prudencia y mejor aviso, que es en lo que puede uno esmerarse, y adelantarse de los demás."

Ambrosio de Morales (1513-1591)

martes, 3 de junio de 2008

UN PODEROSO RÍO.

"[...] Nuestra lengua, la que hablamos a diario con un valor práctico, es también el noble material de la literatura. Nobilísimo material. Comparad las demás artes, qué deleznable, qué pobre el material de la pintura y aun de la escultura; sólo el de la música adquiere quizá un cierto sentido, un valor más alto por su calidad aérea. Pero la máxima riqueza y nobleza de la palabra es que en ella el sonido o su imagen acústica a través de la representación gráfica, lleva en su interior, como el hueso esencial de la fruta, el concepto. Maravilla práctica, tesoro de la mina literaria nuestra lengua y todas las lenguas de cultura. Todas en un nivel aproximadamente igual. Porque la nuestra, el español, es, sin duda, superior en algunos aspectos, por ejemplo, al francés o al inglés; pero en otros es evidentemente inferior a esas mismas lenguas. El orgullo de nuestra lengua tiene que ser sólo una parte de un entusiasmo general que todos los hombres del mundo debemos sentir: la exaltación del don divino de la palabra humana.
A tal gozo corresponde un deber: el de la conservación y defensa de ese tesoro. Ha sido entendido de muy diferentes maneras en los diversos tiempos y lugares. Las mutaciones políticas han traído muchas veces como consecuencia que, por ejemplo, en los Estados totalitarios se haya querido imponer una defensa del idioma tajante, rigurosa (¡sobre todo, nada de extranjerismos!): es una política que a la postre ha fracasado siempre y aun ha producido violentas reacciones. Gran equivocación es ignorar que en la vida de las lenguas hay dos elementos esenciales y contrapuestos: La tradición y la innovación. Los dos son necesarios. La innovación sólo deja de existir en lenguas como el latín y el griego, es decir, lenguas muertas. Toda defensa de una lengua (me refiero, claro está, a las de cultura) tendrá que ser amplia comprensión, liberal, atenta a la evolución de una realidad idiomática, procurando conducirla, buscarle cauces razonables y sin querer oponerse frontalmente a ella, que sería tanto como querer atajar un poderoso río."

Dámaso Alonso (1898-1990)

YO VOY SOÑANDO CAMINOS.

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
-La tarde cayendo está-.
"En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día;
ya no siento el corazón."

Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir;
"Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada."

Antonio Machado (1875-1939)

TRÓPICO DE CÁNCER.

"Tenerla aquí en la cama conmigo, con su aliento en mi piel, su cabello en mi boca: me parece como un milagro. Ahora nada puede ocurrir hasta mañana...
Despierto de un sueño profundo para mirarla. Una pálida luz se filtra en la habitación. Contemplo su bella melena en desorden. Siento que algo me baja corriendo por el cuello. Vuelvo a mirarla de lejos. Tiene el pelo lleno. Levanto la sábana: hay más. Un enjambre en la almohada."

Henry Miller (1891-1980)


EN NOMBRE DE LA HISTORIA.

Camus denunció durante mucho tiempo lo que él llamaba el crimen de la lógica. Es decir, el discurso que conducia a cualquier persona a ser un asesino inocente en nombre de la Historia.