viernes, 11 de julio de 2008

Y LO DEMÁS ES SILENCIO.

Últimamente ordeno ideas, recuerdos, viejas fotografías, poemas dispersos. Todo ello, quizás, sea un potaje sentimental, una vieja excusa. Retroceder o no querer ir más adelante es ya imposible, porque es ver alejarse a los demás. Que cabalgan.
No busco, a estas alturas, amistades, sino el recuerdo de esas amistades. Hoy sólo me resta acojerme al olvido del tiempo, todo ha sido una pesadilla, una burla ideada para sembrar el desconcierto. Es como si estuviéramos marcados para siempre por un estigma cuyo remoto origen ignoramos, pero que parece perseguirnos una y otra vez, una y otra vez, cuando más próxima parecía la tranquilidad bien merecida, el reposo después de la batalla, el descanso de tanta escaramuza, para poder salvar los restos del naufragio: los ojos, la cordura, el sueño inalterado, el temblor que producen los recuerdos.
Pero nada acaba, parece, de apacible manera: la vida arrastra.

2 comentarios:

dividida dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
dividida dijo...

A mi me paso lo mismo, no dejo de mirar mis cajas, abrir unas, no mirar otras... volver a revivir a los muertos enterrados, sentir a los fantasmas que no quieren dejarme, algunas cajas las acaricio pero no quiero abrirlas, algunas veces salgo corriendo y no paro hasta que me falta el aire, otras veces cierro los ojos y sonrío.


Y esa sensación de vacío que me invade cada mañana y no logro llenarla con nada.
saludos
florencia.