lunes, 19 de noviembre de 2007

JARDÍN DE FLORES CURIOSAS (I)


Una mañana de 1967, Jorge Luis Borges estaba dando clase en la Facultad de Letras cuando de pronto irrumpió un muchacho en el aula; acababan de matar al Che Guevara, el ídolo de los jóvenes. No sin cierta brusquedad el joven anunció a Borges que una asamblea estudiantil había decidido rendirle un homenaje y que, por tanto, se interrumpían las clases. "Hagan el homenaje luego, falta media hora para terminar", contestó Borges. El estudiante, lleno de soberbia, le indicó: "Pues vamos a cortar la luz". A lo que Borges contestó: "Esperando este momento he tomado la precaución de quedarme ciego. Córtela." Por supuesto, se quedó en el aula, habló a oscuras y los alumnos, impresionados, no se movieron de sus sitios.

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