Se ha escrito tanto sobre la relación entre el escritor y la bebida que es inebitable incurrir en ciertos tópicos. Pero pueden explicarse en clave psicológica: escribir es una forma de exhibicionismo, y el alcohol -al reducir inhibiciones- propicia ese exhibicionismo; al escribir hay que interesarse por la gente, y el alcohol aumenta la sociabilidad y convierte a la gente en tipos interesantes; escribir exige una buena dosis de imaginación, y el alcohol da alas a la fantasía;para escribir es preciso tener confianza y el alcohol es un puntal de la confianza; escribir, por último, es un trabajo solitario que exige gran concentración, y el alcohol mitiga esa soledad.
Sólo que a un alto precio.
'El arte de la fuga según Mr. Nooteboom'
Hace 4 años
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